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¿Colaboró el FBI con la Gestapo nazi?

23 de septiembre de 2019

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No deja de ser sorprendente lo aparecido recientemente en la revista estadounidense Counterpunch, en un artículo de su colaborador John W. Whitehead, relacionado con los vínculos de cooperación que existieron entre el Buró Federal de Investigaciones –principal agencia policial de Estados Unidos– conocido como FBI y la tenebrosa Gestapo nazi, cuerpo policial del nazismo hitleriano.

Dicha colaboración, según reseña el artículo, se remonta a enero de 1938 cuando viajó a Berlín Edmund Patrick Coffey, segundo al mando de J. Edgar Hoover, entonces poderoso e intocable jefe del FBI, invitado por los jefes de la  siniestra policía secreta de Alemania.

En qué consistió en detalle la cooperación iniciada en esa ocasión no ha sido expuesta todavía a estas alturas, ni siquiera salió a relucir en los sonados juicios de Nuremberg, pero sí se conoce –revelado por The New York Times– que en los momentos inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra Mundial, el FBI y otras agencias gubernamentales estadounidenses reclutaron a miles de ex agentes nazis a los que ya habían conocido y reverenciado por sus métodos represivos durante la era del III Reich.

Todos fueron trasladados a Estados Unidos mediante la concesión de visas secretas, a través de un plan previamente organizado y bautizado como Proyecto Paperclip. Estos nazis reciclados  pasaron a ser espías e informantes bajo identidades camufladas que pudieran ocultar su procedencia nazi hasta el fin de sus días.

Desde entonces, es público y notorio que las agencias policiales estadounidenses “se han mirado históricamente en el espejo de la Gestapo alemana”, como afirma Counterpunch, y de ese modo utilizan prácticas distintivas tomadas de regímenes totalitarios y actualmente toleradas por la llamada Ley Patriota.

Por otra parte, la aparición de las nuevas tecnologías y de la digitalización en gran escala han contribuido a la sofisticación y elección de tales métodos, que sin duda tienen como punto de partida a los servicios especiales del nazismo y sus funcionarios, devenidos en colaboradores de la “democracia” made in USA.

Cuando la ciudadanía estadounidense contempla con creciente preocupación cómo la actual Administración parece adentrarse cada vez más en un estado policial con evidentes rasgos fascistas, han vuelto a relucir estos ingratos recuerdos que se ven confirmados por la realidad de nuestros días.

No sin razón el historiador estadounidense Robert Gellately había dicho: “Después de cinco años de dictadura de Hitler, la policía nazi había ganado el sello de la aprobación por parte del FBI”.

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