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China, Rusia y el equilibrio del mundo

6 de julio de 2021

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La conmemoración del centenario de la fundación del  Partido Comunista de China y la prórroga del vigente Tratado de Amistad y Cooperación entre el gigante asiático y la Federación de Rusia han coincidido en estos días y ambos acontecimientos trajeron necesariamente al primer plano de la actualidad el activo papel que ambas potencias juegan en estos momentos, tratando de sostener en el escenario internacional una atmósfera de coexistencia que beneficie a la paz, consolide el multilateralismo y garantice el equilibrio del mundo.

Justo es decir que ellos fueron propósitos también desde los momentos fundacionales de la República Popular China y de la extinta Unión Soviética que, en distintas condiciones históricas, bregaron con esfuerzo y desde posiciones entonces desiguales y desventajosas por alcanzar  los más nobles objetivos de progreso para sus pueblos y la paz mundial.

Décadas después el mundo ha cambiado notablemente y, como parte de esos cambios, lo han hecho la China y la Rusia actuales, emergiendo hoy como factores decisivos e imposibles de excluir en las grandes decisiones del planeta, ser ignorados o relegados a un plano secundario, en particular por el imperialismo norteamericano y sus socios cercanos –las ex metrópolis del mundo colonial– públicamente confesos de no poder tolerar el papel independiente y soberano tanto de China como de Rusia y la positiva influencia internacional que esos dos países ejercen en Asia, África y América Latina mediante una sabia y multifacética política de cooperación y respeto mutuo, sin amenazar ni oprimir ni explotar a ningún otro Estado, sea grande o pequeño, pobre o rico, pero igualmente considerado en su dignidad e igualdad jurídica, tal como establece la Carta de las Naciones Unidas.

Fue el Apóstol de la independencia de Cuba e ilustre pensador latinoamericano José Martí quiñen por vez primera utilizó conceptos sólidos y esclarecedores que hoy siguen vigentes en la política y la diplomacia. Uno de ellos es trascendental y reiteradamente violado por los imperialistas y por el capitalismo neoliberal: el del equilibrio del mundo.

Solamente sobre ese concepto del equilibrio –que equivale a la justicia y la solidaridad– podrá edificarse el mundo justo que pueda conducir a la prosperidad y la vida más feliz para todos.

En ese camino y en esa lucha están China y Rusia y por eso cuentan cada vez más con la comprensión y el apoyo –en mayor o menor medida– del resto de la comunidad internacional, que mira con temor y recelo a las llamadas “potencias occidentales” pletóricas de ambición y hegemonía mediante políticas engañosas y falaces que han utilizado más de una vez.

China y Rusia son hoy vitales y decisivos para el equilibrio del mundo.

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