ribbon

Chile: una historia que involucra a la CIA

6 de septiembre de 2023

|

 

Han transcurrido 50 años de aquel golpe militar cuyos hilos conductores —siempre se supo— estuvieron conectados con el gobierno estadounidense de entonces, y muy especialmente a la CIA y sus tentáculos en el país sudamericano.

A la muerte del presidente constitucional, elegido por el pueblo, Salvador Allende, y de otros muchos chilenos comprometidos con el programa social del mandatario, siguió la más feroz persecución y terror impuestos por los militares apropiados del poder.

Cifras oficiales dan cuenta de más de 40 000 muertos o desaparecidos.

Padres asesinados, hijos desaparecidos, madres a las que les arrebataron sus criaturas hasta de sus propias entrañas. Nada olvidaron en su siniestro plan quienes han pasado a la historia como una de las más crueles dictaduras que se recuerde.

Sin embargo, hay algo muy singular en los acontecimientos chilenos —y quizás tan peligroso como el terror mismo— y es la impresión que tengo de que la memoria histórica de Chile, todavía no sea elemento principal, que fue la dictadura de Augusto Pinochet la enlutó a su pueblo, durante 17 oscuros años de terror y muerte.

Ojalá y esté equivocada mi apreciación, pero, de ser así, cuál es la razón por la que todavía no se quiera eliminar, de una vez y por todas, la Carta Magna que rige en el país, elaborada por la propia dictadura de Pinochet.

Pinochet, estuvo bien asesorado por quienes desde Estados Unidos se encargaron de brindarle «solidariamente» un modelo económico basado en la opulencia de las élites y la pobreza y desigualdad total entre la población.

No faltó en ese plan, la elaboración de una Constitución que oficializara todos los desmanes de la dictadura y consagrara el poder y el modelo impuesto por Pinochet.

Por estos últimos meses, desde Washington se han revelado documentos desclasificados de la CIA, donde se pone en evidencia el apoyo absoluto de Estados Unidos al golpe de estado y al posterior gobierno dictatorial.

Los documentos revelan que la CIA contó entre sus agentes chilenos con, al menos, un líder del DC (Partido Demócrata Cristiano), dos directivos del diario El Mercurio y un alto oficial del Ejército.

De igual forma, se aporta el dato inédito de la compra de una estación de radio por parte de la CIA, cuyo contenido era la hostilidad total contra el gobierno de la Unidad Popular y Allende.

Se constata en reportes de prensa que, en septiembre de 1974, un año después del golpe militar, el diario estadounidense The New York Times, reveló a través de un reportaje de Seymour Hertsh, las operaciones encubiertas de la CIA, para desestabilizar al gobierno de Salvador Allende, y asistir a los generales chilenos una vez en el poder.

La propia fuente informativa divulgó que la CIA financió secretamente huelgas sindicales y gremiales en Chile por más de 18 meses, antes de que el Presidente constitucional fuera derrocado.

Sale a la luz, de igual forma, que la mayoría de los 8 millones autorizados a la CIA para actividades clandestinas en Chile, fueron utilizados entre 1971 y 1973 para aportar fondos y apoyo logístico a los huelguistas anti Allende.

Otra parte importante del sostén financiero de la CIA, se destinó al diario opositor El Mercurio, considerado por Washington como una fuerza política fundamental en el plan desestabilizador y de golpe militar.

Hoy, cuando se cumplen 50 años de aquel golpe fascista contra Salvador Allende y similar tiempo de la implantación de una dictadura militar en Chile, el pueblo se manifiesta y pide justicia, y quizás también, se pida a gritos la necesidad de una nueva Constitución que sustituya a la que puso en práctica la dictadura de Pinochet y que todavía hoy rige los destinos de esa nación.

Comentarios