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Chile: ¿se abrirán las grandes alamedas?

20 de mayo de 2021

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Los resultados electorales de los recién efectuados comicios constitucionales, regionales y municipales efectuados en Chile mostraron un evidente triunfo para las fuerzas progresistas y de izquierda –tanto para las que emergieron durante las masivas protestas de octubre de 2019 como para el Partido Comunista– abriendo también interrogantes acerca del futuro del país austral que parece abocado a ingresar en una igualdad y sumisión a los dictados imperiales.

Muchos se preguntan si finalmente “se abrirán las grandes alamedas”, como anunció el presidente-mártir Salvador Allende en su inolvidable mensaje postrero al pueblo durante el trágico momento del traicionero golpe militar, al que no fueron ajenos otras fuerzas políticas como la Democracia Cristiana, que de una forma u otra disfrutó del poder hasta hoy.

El régimen pinochetista y sus acólitos de la 0oligarquía, los grandes medios de comunicación y el empresariado, no solo fueron violadores sistemáticos y criminales de todos los derechos humanos con su cifra escalofriante de asesinados y desaparecidos, sino también balón de ensayo y puerta de entrada del modelo neoliberal de los llamados “Chicago boys” en América Latina, cuyo saldo de desigualdad y miseria es actualmente palpable en Chile y otros países latinoamericanos que aún no han logrado emanciparse y marchar hacia su segunda independencia.

Nunca olvidar que el llamado Plan Cóndor fue una iniciativa de los servicios de inteligencia de Estados Unidos puesta en manos del régimen pinochetista, quién lo ejecutó junto a otras tiranías sudamericanas de entonces –Bolívia, Argentina, Uruguay, Brasil, Paraguay– convirtiéndose en cabeza espeluznante del crimen y la tortura.

Todo fue para imponer el neoliberalismo a sangre y fuego, pues no había otra manera de hacerlo sobre el pueblo trabajador ni en Chile ni en los países vecinos.

Se aproxima ahora un momento decisivo: la redacción y puesta en vigor de una nueva Constitución que sustituya a la del régimen pinochetista aun vigente, pues los llamados “gobiernos de la Concertación” no fueron capaces de ponerle fin; prevalece hasta hoy y sigue siendo origen de la injusticia, el abuso y la desigualdad heredadas de la dictadura, tras medio siglo de luchas incesantes.

A pesar del resonante triunfo electoral alcanzado por las fuerzas progresistas y de izquierda –extensivo a las gobernaciones y a importantes alcaldías como la de Santiago de Chile –la nueva correlación surgida del reciente evento eleccionario deberá afianzarse y extenderse sobre una firme base unitaria, en que los chilenos ya tienen una experiencia valiosa que debe trasmitirse a las nuevas generaciones.

El legado unitario de Salvador Allende es sagrado y es indispensable serle fiel para que puedan volver a “abrirse las grandes alamedas”.

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