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CEPAL: Pobreza y desigualdad

12 de diciembre de 2013

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La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) agencia de Naciones Unidas radicada en Santiago de Chile y que desde su fundación ha realizado valioso aportes a la teoría económica, especialmente para el mundo subdesarrollado, acaba de emitir su habitual Panorama Anual, correspondiente esta vez al año 2013 y allí sitúa importantes consideraciones que, -si bien algunas de las cuales pueden ser controversiales,- reflejan los estudios y análisis de una institución que, en este terreno, se ha caracterizado como pocas en su rigor científico y honestidad intelectual.

Debe recordarse que la CEPAL nunca se unió a la borrachera neoliberal ni aún en los momentos en que las teorías engañosas de los “Chicago boys” hacían por apoderarse del pensamiento económico y reducirlo a las engañosas tesis favorecedoras del capitalismo salvaje, que deberían acompañar al “fin de la historia”.

Con esa autoridad moral es, por tanto, un centro de análisis económico que cada año llega a conclusiones y emite datos imprescindibles que pueden servir de base a otras investigaciones socioeconómicas y no ser ajenos a los programas políticos sociales y de gobierno elaborados por las fuerzas que en América Latina y el Caribe aspiran y luchan por llegar a un orden más justo y menos desigual, con bienestar colectivo, inclusión social e independencia económica.

En su informe referido al año 2013, por ejemplo, la CEPAL señala que aunque la pobreza no ha crecido espectacularmente en ese período, su reducción se ha visto frenada en el conjunto de la región y señala en 164 millones de personas (27,9 %) el número actual de latinoamericanos pobres, de los cuales aún 68 millones (11,5 %) viven en extrema pobreza o indigencia.

Al apuntar que los datos referidos a la pobreza están relacionados sobre todo con el desempeño macroeconómico, dice que en cuanto a la extrema pobreza o indigencia fue el alza incrementada de los precios de los alimentos, -más allá del tope de la inflación,- un factor clave para que este flagelo se haya reducido aún menos que la pobreza.

Analizando la evolución de 15 países entre 2008 y 2012, apunta que tres países no lograron mejorar la distribución del ingreso (Panamá, Paraguay y Costa Rica) y que, en general, “la elevada desigualdad sigue caracterizando a la región en el contexto internacional”.

El documento llega a la conclusión de que incluso es posible reducir la pobreza sin modificar la desigualdad, “y eso es lo que ha ocurrido en Chile”, ejemplificó en alusión al país más desigual de la región actualmente y que fuera vitrina sangrienta del neoliberalismo bajo la dictadura pinochetista,

El diagnóstico de la CEPAL afirma que a la desigualdad tendrá que enfrentársele con políticas redistributivas y con acento en la política fiscal, con menos evasión y menos privilegios, pues se dieron muchas facilidades a las empresas para que invirtieran y solo de este modo pudiera lograrse una mejor distribución.

Aún con el peligro siempre latente al generalizar recetas y recomendaciones que se desprenden del documento, -y aunque no sea su propósito esencial,- el Panorama Anual es una útil contribución y su estudio es necesario como ayuda a la comprensión de los más acuciantes problemas de Nuestra América.

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