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Cambio de decoración y victoria aplastante

7 de noviembre de 2022

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Como coincidiendo con exactitud en el tiempo, acabamos de vivir dos acontecimientos de trascendencia universal, profundidad y largo alcance que nada feliz auguran al gobierno imperialista de Estados Unidos -sea este o el próximo y de cualquier bando- y son claro reflejo de la situación que vive el mundo de hoy, donde el multilateralismo se abre paso a nivel global y también la justicia social va ganando lentamente espacios al interior de cada país.

El “fin de la historia” predicado por el neoliberal Fujiyama fue lanzado finalmente al basurero de la propia historia y todo indica que el poder absoluto y hegemónico del imperialismo norteamericano y del capitalismo salvaje como sistema único mundial encaran desesperadamente su declive.

Como consecuencia, son días también de peligros y riesgos, en dependencia de hasta donde serán capaces de admitir los poderosos una nueva situación que ya no les permita impunemente el abuso, la explotación, el engaño y el saqueo. Para todo eso los pueblos han de estar preparados, listos y bien informados.

En América Latina y el Caribe, por ejemplo, los triunfos populares de Colombia y Brasil han cambiado radicalmente la decoración, influyendo decisivamente sobre un terreno que ya venía siendo erosionado en favor de las fuerzas progresistas y patrióticas desde México y Argentina, pasando por Bolivia, Honduras, Chile y Perú. A ellos se suman los países pequeños y dignos de la Comunidad del Caribe (CARICOM) junto al ALBA-TCP que incluye a Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Es una verdadera avalancha que ni la Casa Blanca ni la desprestigiada OEA del servil Almagro han podido detener.

A lo anterior se suma la victoria aplastante de Cuba en el reciente período de sesiones de la Asamblea General de la ONU, donde el mundo entero mostró -de una forma u otra pero hecho explícito con su voto- el firme repudio al criminal bloqueo yanqui contra la Mayor de las Antillas cuyo pueblo se resiste a ser de nuevo sojuzgado por el Imperio.

Los 185 votos expresaron no solo el repudio al bloqueo sino a todas las demás agresiones contra Cuba, que incluyen la arbitraria, injusta y mentirosa inclusión en la supuesta “lista de países que patrocinan el terrorismo” inventada por el Departamento de Estado yanqui como herramienta amenazante y de encubrimiento a sus propias acciones de terrorismo de Estado.

En pocas palabras: el mundo cambia y comprende cada vez con más claridad quienes son los amigos y donde están los enemigos.

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