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Camaleón Rubio

8 de abril de 2025

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Poco antes de que se anunciara que Elon Musk abandonaría el equipo de Trump, el llamado hombre más rico del mundo se quejó de que el secretario de Estado, Marco Rubio, boicoteaba su trabajo, a lo que el mandatario salió aparentemente en defensa de su canciller, al decir que estaba haciendo una buena labor, y debía estar muy agotado con los largos viajes y las extensas entrevistas por televisión.

Rubio, quien ahora trata de tapar sus aspiraciones a convertirse en Presidente de Estados Unidos, era un fuerte crítico de Trump, y hasta le tiraba sus cachufletas al actual gobernador de Florida, Ron DeSantis, por ir en la misma dirección.

Pero Rubio fue mucho más hiriente con quien ahora lo tiene como correveidile en su maloliente política exterior.

Y es así, para quien recuerde que el 6 de enero del 2021, después del asalto al Capitolio, el día en que algunos seguidores de Donald Trump intentaron evitar la certificación de los votos electorales que confirmaban su derrota, Marco Rubio dijo que lo que vio “se parece más a esos países que a la extraordinaria nación que tengo el privilegio de llamar hogar”, en referencia a la Cuba de su abuelo, que pasó por “dos golpes militares y el ascenso de un dictador marxista”.

Ahora, el ex senador republicano de Florida, en su aún poco tiempo como jefe de la diplomacia designado por el reelecto Trump, exacerba con más poder la mirada crítica que ha tenido en la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, en la que se ha pronunciado con frecuencia sobre la situación de varios países en Latinoamérica, en especial Venezuela, Cuba y Colombia, con el eje de la condena a lo que llama el marxismo en la región.

ENTRE ODIO Y ODIO, MENTIRAS

En sus primeros tiempos en la política, dijo varias veces que había nacido en Cuba y sus padres huyeron a Estados Unidos al principio del Gobierno Revolucionario, pero todo era falso, porque es oriundo de Miami y sus progenitores se trasladaron al país norteño durante el régimen del batistato.

Rubio criticó a Barack Obama cuando era presidente por sus encuentros con Raúl Castro y por retirar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo (quedaría reintegrada en la lista en el 2021). Tras la muerte de Fidel en el 2016, dijo que la historia lo recordaría como “un dictador asesino que infligió miseria y sufrimiento a su propio pueblo”, y pidió al entonces presidente electo Donald Trump que mantuviera la presión sobre el Gobierno que entonces presidía Raúl Castro.

En el 2019, cuando Díaz-Canel fue reelegido presidente de Cuba, después de reemplazar años antes a Raúl Castro en el cargo, Rubio dijo que el gobernante cubano era la “cara de un régimen opresivo que viola los derechos humanos y socava el orden democrático en nuestra región”.

Tras la segunda reelección de Díaz-Canel en el 2023, que calificó de ilegítima, Rubio dijo que la isla está bajo una “tiranía criminal marxista”.

Lamentablemente, tanto odio acumulado no mata, y en su caso sirve para emponzonar contra otros gobiernos progresistas.

Así, ha criticado por años al chavismo y lanzado severas condenas contra el presidente Nicolás Maduro y lo que llama el régimen marxista de Venezuela.

Durante las sangrientas “guarimbas” contrarrevolucionarias del 2017, Rubio —en palabras ante el Senado de EE.UU.— dijo que las manifestaciones en el país sudamericano son consecuencia de la inseguridad, la violencia, la escasez de alimentos y la represión política, mientras el presidente “Nicolás Maduro y todos sus secuaces viven una vida de lujo”.

En junio del 2022, solicitó mediante una carta dirigida a los secretarios de Justicia, Merrick Garland, y de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, que pidieran a la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) que emitiera una alerta roja para la búsqueda y captura de Nicolás Maduro, presidente de Venezuela. Maduro, quien se encontraba realizando una gira por algunos países de Europa, Asia y África, incluyendo Turquía, Argelia e Irán.

Rubio dijo que Maduro debe ser enjuiciado, porque es “un criminal acusado de aliarse con organizaciones terroristas para usar drogas ilegales como armas contra Estados Unidos”.

Recordó que el 26 de marzo del 2020 el Departamento de Justicia de EE.UU. acusó a Maduro y a 14 de sus funcionarios de narcoterrorismo, corrupción, narcotráfico y otros cargos delictivos. En su momento el gobierno de Maduro reaccionó mediante un comunicado y expresó que las acusaciones eran “miserables, vulgares e infundadas”.

Tras la reelección de Maduro en julio del 2024, validada por las autoridades judiciales y electorales del país, Rubio dijo que se trataba de una “farsa” y aseguró que Maduro se robó la elección, después de que la ultraderechista oposición mostró lo que decía eran pruebas que su candidato, Edmundo González Urrutia, obtuvo una aplastante victoria.

También ha criticado varias veces al presidente de Colombia, Gustavo Petro. Tras la elección del mandatario en el 2022, dijo que “EE.UU. ahora se enfrenta a una Colombia que no conocemos, una que será dirigida por alguien de la extrema izquierda, un exguerrillero miembro del M-19 con un enfoque abiertamente hostil hacia los esfuerzos conjuntos de Estados Unidos, así como hacia nuestros intereses en promover un hemisferio más próspero”.

Aseguró que la llegada de Petro al poder planteaba una “gran preocupación para la comunidad colombo-estadounidense (léase gusanera) de Florida, que ven de cerca cómo su amada patria cae presa a manos de un líder marxista”.

En agosto del 2023, Rubio le envió una carta al secretario de Justicia General de EE.UU., Merrick Garland, exigiendo el rechazo de la solicitud del Gobierno de Petro para la extradición del exlíder paramilitar Salvatore Mancuso. Mancuso terminó de pagar su pena en EE.UU. en el 2020 y fue nombrado por Petro como gestor de paz.

En mayo del 2024 publicó una columna en la que dice que con la elección de Petro “los mayores ganadores (…) han sido los narcotraficantes y los traficantes de personas”, y criticó la política de “paz total” del mandatario.

Esto es solo uno de los prolegómenos acerca de la vida, pareceres y mentiras de un odiador den los pueblos, émulo de aquellos que, como dicen las variadas leyendas, le salen sapos y culebras de la boca cuando decían mentiras.

Y, lamentablemente, otra vez, y con perdón de los sapos y las culebras, que son útiles a la Naturaleza, esto no sucede con el Camaleón Rubio.

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