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Cálculos, inconclusos y nefastos

11 de febrero de 2014

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Cuando se dio a conocer el presupuesto de Estados Unidos para el presente año 2014, se pudo constatar de inmediato que no menos de un millón 300 000 norteamericanos perderán el seguro de empleo.
De acuerdo con un despacho noticioso de Russia Today, el Congreso de los Estados Unidos no logró finalmente agregar una extensión de esos beneficios al acuerdo presupuestario.
Tal afectación significa que los trabajadores en paro de larga duración no tendrán las contribuciones que debían recibir por haber perdido sus empleos, fundamentalmente debido a la crisis económica.
A los más de 1,3 millones afectados inicialmente, se sumarán otros 3,6 millones de personas que no recibirán beneficio alguno a partir del último trimestre del presente año.
Los empleados en paro debido a la recesión eran acreditados con compensaciones desde el año 2008.
Hay que tener en cuenta que tal contribución mensual no es suficiente para mantener a una familia de cuatro personas, pero al menos ayuda a sobrevivir, según algunos entrevistados por los medios de prensa.
A su vez, se afirma que una vez que cese el seguro del desempleo, esas personas formarán parte de la ya elevada cifra de ciudadanos que viven en la pobreza.
Téngase en cuenta que en el año 2012 esas contribuciones a los que no tenían empleo, ayudaban a la manutención de 1,7 millones de personas, de ellos casi 500 000 niños.
Súmese a estas medidas económicas que afectan a la población norteamericana, que ese mismo presupuesto pondrá fin a los subsidios a los militares jubilados. Una cifra superior a los 6000 millones de dólares para los próximos diez años, ha sido cancelada de acuerdo con la nueva ley presupuestaria.
Quienes dentro del Congreso dieron luz verde a esta afectación ciudadana, expusieron como razón el poder evitar otro cierre del Gobierno, que crearía un clima de inestabilidad en el país.
El propio despacho de Russia Today resume que el Senado, liderado por los demócratas, aprobó el proyecto para la firma del presidente Barack Obama.
De igual manera, sustituye otros recortes de gastos y nuevas tarifas en reemplazo de los recortes automáticos, y asigna la suma de 23 000 millones de dólares a la reducción del déficit a lo largo de la próxima década.
Como “para buen entendedor pocas palabras bastan”, no aparece por ningún lado una afectación al presupuesto militar del país.
Hay datos que evidencian cómo funciona el engranaje político-militar-económico y financiero de las administraciones norteamericanas. Por ejemplo, con todo el dinero que gastan los EE.UU. al año en armas se podría con seguridad llegar cerca de las Metas de Milenio en todo el planeta.
Es decir, se podrían aportar 210 millones para garantizar el acceso universal al agua potable, 250 millones para reducir la mortalidad infantil en dos tercios y 300 millones para garantizar la educación primaria a nivel planetario.
Mientras cada americano per cápita gasta 10 veces más que cualquier otro ciudadano en armamento, solo aporta al desarrollo de la humanidad 16 veces menos dinero que la Unión Europea, por ejemplo.
Otra muestra, el Pentágono tiene asignaciones por  un millón de millones de dólares solo para el nuevo sistema antimisil enfilado contra Rusia. Esa cifra es similar a lo que se gastó a nivel mundial por concepto de armamentos en el año 2007.
Dejemos aquí tantas cifras y tantas comparaciones, pero no habrá quién pueda refutar que se trata de cálculos, inconclusos y nefastos.

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