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Buitres sobre Bulgaria

30 de julio de 2014

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Un perfecto ataque organizado contra la banca de Bulgaria por individuos que utilizan aspectos similares a los denominados fondos buitre contra países subdesarrollados han dejado “pidiendo el agua por seña” a miles de ciudadanos del país más pobre de la Unión Europea.
Los búlgaros han estado haciendo colas para retirar sus fondos de los bancos de una nación que no sale de una crisis para entrar en otra, por no hablar de la continuación de la bancarrota perenne, con la intervención o no de elementos que son verdaderamente buitres, quienes han hecho dimitir a primeros ministros y gabinetes en pleno desde hace tres años.
Veamos titulares recientes de la prensa búlgara: “El Ministerio del Interior denuncia intentos de desestabilizar el sistema”;  “Crece el rumor de problemas en otras entidades tras el rescate de Corpbank”; “El Gobierno apunta a un ataque coordinado a través de Internet y móviles”.
Como se puede apreciar, es una estampa que se ha repetido en varios países europeos como Grecia, Portugal y España durante la crisis financiera, lo cual ha hecho que en Bulgaria la banca se hunda en la bolsa y los ciudadanos se queden sin fondos.
El principal objetivo de los especuladores fue el First Bank, la tercera mayor entidad del país, víctima de rumores malintencionados que han llevado a la desestabilización y a hacer tambalear la seguridad del país, en tanto empiezan a aparecer los “alados” elementos que hacen de la carroña su principal alimento, esta vez para aprovecharse de la deuda externa búlgara y obtener ganancias millonarias.
Analistas consideran que la etapa final del complot tendrá un procedimiento parecido al utilizado ahora contra Argentina, como antes contra Perú y países africanos, víctimas de las compras de parte de sus deudas a bajo precio, para luego venderlas con intereses desorbitados.
Su método consiste en comprar en el mercado secundario de la deuda, a precio de saldo, las deudas de países en desarrollo a espaldas de éstos, y a continuación obligarlos por la vía judicial a reembolsarlos a altos precios, es decir, el importe inicial de las deudas más los intereses, sanciones y diversos gastos judiciales.
Contra Bulgaria han sido más “toscos” e ido “directo al grano”, porque no piensan encontrar resistencia. El camino es más vulnerable, debido a la corrupción oficial, así como que cuenta con el respaldo de la “justicia” norteamericana, su piedra angular.
La razón por la cual estos fondos buitres tienen un caso legal es que el sistema internacional de la deuda está reglamentado por un conjunto perverso de leyes desarrolladas desde la década del 70, que considera a una nación como un actor más en el mercado.
Un Estado que tiene el deber de proteger los  derechos humanos de millones de ciudadanos, es considerado igual a una compañía financiera, incluso peor, en el sentido de que carece de la protección en caso de bancarrota que se otorga a autoridades locales y a individuos.
A pesar de todos los tratados  internacionales y convenciones de Naciones Unidas, esos derechos humanos de los ciudadanos son dejados de lado, cuando se decide si una deuda debe pagarse o no. El primer deber de un Estado (de acuerdo con esas leyes) no es con su pueblo, sino con el mercado, reitero.
Quizás no debería sorprendernos que las leyes que gobiernan el pago de la deuda desconozcan el concepto de deuda ilegítima. Un acreedor de la deuda, no puede estar equivocado. Esta situación no cambiará en el contexto legal actual, solo  cuando los países agredidos como Argentina, actúen de manera soberana.
Para que lo puedan hacer, necesitan del apoyo de otras naciones, incluidas las víctimas, pero los dirigentes búlgaros apelaron a endeudarse todavía más, al lograr la autorización de la Comisión Europea, con el fin de poner en funcionamiento un plan inicial de liquidez para el sistema bancario por 3 300 millones de levas (2 250 millones de dólares) y hacer frente a “los ataques de carácter especulativo”.

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