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Artillería gruesa contra el bloqueo

12 de febrero de 2014

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El presidente Barack Obama ha hablado de cambiar la política de su país hacia Cuba, pero los ciudadanos estadounidenses se le adelantan a su paso de tortuga, según un estudio nacional realizado por el centro Atlantic Council.

La mayoría de los ciudadanos  estadounidenses (el 56%) apoya un cambio en la política de Estados Unidos hacia la isla antillana, especialmente en el estado de Florida, donde existe la mayor comunidad de  origen cubano, de acuerdo con un sondeo divulgado en Washington.

Para los propios organizadores de la encuesta fue toda una sorpresa que en Florida, bastión de la ultraderecha anticubana y refugio de terroristas de la calaña de Luis Posada Carriles, el 63 % de quienes respondieron abogaron por una completa revisión de las relaciones entre Washington y La Habana.

“Este es un cambio fundamental con relación al pasado: Cuba era un asunto  intratable porque Florida era intratable con relación a Cuba. Este sondeo  muestra que eso ya no es verdad”, afirmaron los responsables del estudio, Paul  Maslin y Glen Bolger, según dijeron agencias de prensa.

En el condado de Miami-Dade, que ya sabemos quienes han vivido allí históricamente, el apoyo a normalizar los nexos con Cuba subió al 64%

Otro golpe para la política de bloqueo y hostilidad resultó en que el 61 % de los encuestados pidió a su gobierno que retire a nuestro país de la lista de naciones que apoyan el terrorismo. Pero el porcentaje en Florida se elevó al 67%. ¿Quién lo diría?

El senador demócrata estadounidense Patrick Leahy y su colega republicano Jeff Flake, al comentar la encuesta en carta divulgada en Miami,  demandaron al gobierno norteamericano el cese del bloqueo comercial, económico y financiero impuesto hace más de 50 años contra la vecina isla.

Los norteamericanos desean un cambio en nuestra política hacia La Habana, y el presidente Barack Obama debe escuchar a la mayoría de los ciudadanos en todo el país que estiman hay mucho que ganar si eliminamos esta reliquia de la Guerra Fría, señalan los legisladores.

“Una vasta mayoría de norteamericanos de cada región del país y de diferentes partidos políticos apoya la normalización de las relaciones con Cuba”, añaden.

No son los únicos que apuestan al cambio. Hasta el magnate Alfonso Fanjul, cuya familia dominaba tierras, centrales azucareros y otras propiedades antes de 1959, y quien construyó un imperio azucarero y amasó imponente fortuna en EE.UU.,  también parece que se apunta en la lista.

Es por ello que junto a otros hombres de negocios ha realizado visitas a Cuba, donde incluso se entrevistó con altos funcionarios y visitó granjas y centrales azucareros.

Fanjul considera que las leyes del bloqueo impiden los acercamientos e inversiones en la isla.

“En este momento, no hay manera de considerar inversiones en Cuba. ¿Cómo puedes trabajar en un trato si no estás legalmente autorizado para hacerlo?”, dijo el empresario.

“Ahora, ¿podemos considerar una inversión más adelante?”, continuó Fanjul. “Si hay un acuerdo entre Cuba y Estados Unidos, y se puede hacer legalmente, y hay un marco adecuado establecido, entonces veremos esa posibilidad. Tenemos una mente abierta”, agregó.

Y por si fuera poco, la Unión Europea invitó a la mayor de las Antillas a negociar un acuerdo de diálogo y cooperación, en lo que significa un cambio de postura a la denominada posición común del bloque hacia La Habana.

Claro que la UE no puede desconocer el papel jugado por Cuba en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, que el próximo año tendrá su segunda cumbre con el bloque europeo en Bruselas.

Son todas señales claras de que el bloqueo y las presiones contra Cuba están condenadas al fracaso y que, más temprano que tarde Washington tendrá que revisar su fracasada y anacrónica política hacia la isla.

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