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ARENA, siempre sucia

21 de octubre de 2013

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La proximidad de las elecciones en El Salvador se enmarca en tiempos en los que el imperialismo redobla su ofensiva para mantener o colocar peones en naciones que podrían servir como puntas de lanza para sus propósitos de división, con el fin de eliminar a quienes intentan acabar con la herencia neoliberal y la miseria en nuestro continente.
Precisamente en El Salvador, la extrema derecha, representada en esta ocasión por la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), utiliza todo tipo de recursos para regresar al poder, de donde fue desalojada mediante comicios en el 2009, luego de haber gobernado durante 182 años, desde la fundación de la República.
Al igual que Pinochet en Chile, ARENA implementó el neoliberalismo, el cual trajo pobreza, emigración masiva, alto costo de la vida e inseguridad ciudadana, con las secuelas de 13 asesinatos diarios, debido a la delincuencia, y la emigración de más de 500 salvadoreños cada 24 horas a Estados Unidos, a pesar de la masiva deportación.
Al no poder seguir soportando esta situación, el pueblo vio en el otrora guerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN y en la candidatura de Mauricio Funes una oportunidad de cambio, de transformaciones profundas en las elecciones presidenciales del 2009.
Y es que a pesar de los Acuerdos de Paz de Chapultepec (México), que pusieron fin a un conflicto armado (1980-1992) que dejó más de 75 000 muertos, unos 7 000 desaparecidos y cientos de mutilados, entre las guerrillas del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y el gobierno, con la mediación de Naciones Unidas, la situación en el país continuó con problemas similares a las que generaron la guerra.
ARENA atribuyó a las pandillas el tema de la violencia, pero dejó ver su incapacidad para resolver los graves problemas de la juventud y la niñez salvadoreñas.
La falta de oportunidades de estudio y empleo, la inseguridad, el limitado acceso a servicios públicos, la pobreza y la exclusión marcaron de manera permanente a la sociedad y dejó pocas salidas como no fuera la emigración y las bandas delincuenciales.
Con la paz “las armas callaron, pero las causas de tan doloroso conflicto persisten”, aseguró entonces el obispo Gregorio Rosa Chávez.
Ante el lamentable panorama, las marchas o huelgas se convirtieron en el método más recurrido para mostrar la inconformidad de los salvadoreños con el sistema impuesto por la alianza gobernante, la cual enfrentó las protestas con la Ley Especial contra Actos de Terrorismo, que buscaba criminalizar este tipo de manifestaciones.
Entre otros elementos, la posición de ARENA mostró las asimetrías políticas de El Salvador, pese a que uno de los principales objetivos de los acuerdos era la reconciliación nacional.
El FMLN, que destruyó sus armas tras los acuerdos de Chapultepec y pasó a ser el principal partido de la oposición, aseguró que bajo el régimen de ARENA sólo aumentó la impunidad y el deterioro de las instituciones, y subrayó que el partido en el poder desde 1989 no garantizó la concreción de un sistema democrático, la defensa plena de los derechos humanos y el establecimiento de una cultura de reconciliación como propugnaban los tratados.
En las elecciones del 2009, ARENA no pudo superar un descontento que condujo a la alianza del FMLN con sectores sociales y partidos políticos que tienen una visión progresista, lo cual, unido a una cierta escisión de la reacción, produjo el triunfo de la candidatura de Mauricio Funes -el único periodista salvadoreño que entrevistó a Fidel-, quien llevó como vicepresidente a Salvador Sánchez Cerén, hoy candidato a la máxima magistratura y principal líder del Frente, luego de la desaparición de Shafiq Handal.
En estos cuatro años, Funes ha saso prioridad a la atención a la niñez, la mujer, los jubilados y los campesinos, con acciones que deberán ser seguidas posteriormente de volver a triunfar el FMLN. Por lo pronto, Sánchez Cerén se propone profundizar en lo anterior, con un programa social aún más amplio y que consultó con las bases del partido, en el que se prosigue el combate la pobreza, mejorar el acceso a la educación y la salud, la participación del empresariado en la economía y la rebaja de los costos en servicios esenciales.
Pese a las maniobras sucias de ARENA, distorsionadotas de la verdad, el FMLN es favorito en las encuestas, incluso de órganos de derecha, lo que augura la prosecución de medidas favorables para el pueblo y la llegada consecuente de El Salvador a la plena independencia y soberanía.

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