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Anexionistas desbocados

13 de junio de 2017

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Paradójicamente, mientras miles de puertorriqueños marchaban en Nueva York para reafirmar su identidad nacional y rechazo a la discriminación en la sede del Imperio, una farsa de plebiscito efectuada por los anexionistas en Puerto Rico, con apenas 23 % de participación, se trataba de legitimar la petición de hacer que la denominada Isla del Encanto se convirtiera en el estado 51 de la Unión.

La estadidad –pomposo nombre oficial que recibe la anexión– logró menos votos que los que esta fórmula recibió en los plebiscitos de 1993 y 1998, que impulsó el exgobernador Pedro Rosselló González, padre del actual mandatario, y el exgobernador Luis Fortuño Burset en el 2012.

En 1993, la estadidad obtuvo 788 296 (46%) votos, en el 1998 recibió 728 157 (47%) y se alzó con 834 191 (61%) sufragios en el 2012.

Los principales órganos de la prensa norteamericana, la británica BBC y el español El País destacaron que el 97% de los votantes lo hicieron por la anexión, aunque admitieron que la participación fue muy baja, debido al boicot de la oposición política, que rechazó la formula presentada por el régimen colonial del denominado Estado Libre Asociado.

Asimismo, se criticó el gasto millonario que conllevó el referendum, cuando la nación esta endeudada por casi 69 000 millones de dólares, y está intervenida por la Reserva Federal estadounidense, que le ha impuesto un programa de austeridad, que ha traído más desempleo y hambre, y aumentado a más de 200 el número de puertorriqueños que huyen diariamente a la “madre patria”.

Precisamente, a Estados Unidos se piensa trasladar el gobernador para presentar ante el Congreso, la Casa Blanca y foros internacionales la petición de anexión, alegando “la fuerza que representa el cumplimiento de un ejercicio democrático, supervisado por una misión de observadores nacionales e internacionales, que han validado el proceso como uno debidamente organizado, justo y democrático”.

Si existiera una pizca de decoro, honestidad y ética, nadie presentaría una petición como resultado de una consulta en la que votaron menos de la cuarta parte de los electores y en la que la petición de estadidad tuvo algo menos de aceptación.

Entre los anexionistas reina grandes esperanzas, ya que se basan en que diversos estados se integraron a la nación estadounidense mediante consultas con muy baja participación.

En la ratificación de Wisconsin como estado en el 1848, participaron 23 183 electores de una población de más de 130 000 personas, lo que representa un 17% de su población. En 1911, Arizona hizo lo propio con 15 489 electores de 217000 de población, un 7% de su población. En 1940, Hawái solicitó iniciar proceso hacia la estadidad con 35% de participación de sus electores. En 1946, Alaska comenzó su proceso de admisión con el voto de 16 375 electores con una población de 75 000, lo que representaba 21% de su población.

“Hoy los resultados igualan o sobrepasan esos porcentajes”, afirmó Rosselló Nevare, mientras dentro de Estados Unidos la mayoritariapoblación racista comenzaba a insultara lospuertorriqueños y exteriorizar su rechazo a las pretensiones de anexión. Pero ello no inquietaba a losamantes de la estadidad, que se hallan ahora en pleno desboque, exaltando un triunfo que no es tal en la caricatura plebiscitaria.

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