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Amenazas y “preocupaciones” de Trump

6 de septiembre de 2018

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Es interesante. El tema de Siria tiene varias versiones y mientras la nación árabe sigue con parte de su territorio ocupado por bandas terroristas, desde Estados Unidos el presidente Donald Trump, “muy preocupado” con la situación, se atreve, mediante sus tuits, a advertir a Siria, Rusia e Irán, para que no realicen ningún ataque en la provincia de Idlib, donde ahora se concentran los enemigos del pueblo sirio, por supuesto, en el caso del Frente Al Nusra, con apoyo militar, financiero y logístico desde Washington.
Por qué incluir a Rusia e Irán entre los amenazados por Trump, pues porque se trata de dos países que están brindando ayuda militar, material y moral al gobierno sirio del presidente Bashar Al Asad, y a sus fuerzas armadas que combaten a los enemigos.
En ambos casos, vale aclarar, que fue el presidente sirio quien pidió ayuda a esos países.
Pero la realidad es que Trump quiere de todas formas derrotar a las fuerzas sirias y deponer al presidente Al Asad, y le resulta bastante difícil de lograr, cuando modernos medios de combate y militares bien preparados, tanto de Moscú como de Teherán, constituyen un muro de contención ante una posible acción foránea.
O es que se puede olvidar que los terroristas que masacran a la población siria tienen armas estadounidenses, israelíes y de otras naciones europeas; y que los servicios de inteligencia de Tel Aviv apoyan a las fuerzas mercenarias para desestabilizar al gobierno sirio.
No olvidar, además, que esos propios servicios secretos occidentales e israelíes son los que han montado el show de las armas químicas que supuestamente usa el ejército sirio –que no las tiene– contra la población civil.
Son precisamente los extremistas del Frente Al Nusra, apoyados desde Estados Unidos, los que preparan una nueva acción con armas químicas que han concentrado en la provincia de Idlib, último bastión terrorista que ha causado la muerte a casi medio millón de sirios, contra el cual el ejército nacional y la aviación rusa, han decidido actuar para liberar totalmente el territorio de esa nación árabe.
El Gobierno ruso informó esta semana que ha entregado a la ONU y a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) pruebas sobre la preparación de un supuesto ataque químico en Idleb, una ofensiva que, según Moscú, sería una “manipulación” para inculpar a Damasco.
En la zona, de acuerdo con fuentes de inteligencia rusa, Estados Unidos y sus aliados tienen concentrados 70 aviones, dos buques y más de 400 misiles crucero, y el Departamento de Estado ha amenazado con usar esos medios de guerra en caso de que el ejército sirio, la aviación rusa y los militares iraníes, lancen una ofensiva final contra los terroristas que ocupan el 69% de la provincia de Idleb.
En estas circunstancias, la embajadora estadounidense en la ONU, Nikki Haley, que este mes preside el Consejo de Seguridad, convocó para este viernes 7 de septiembre una reunión de emergencia para tratar el tema sirio y, según sus palabras, “para evitar una tragedia antes de que se produzca”.
Con anterioridad, los líderes de Rusia, Irán y Turquía habían convocado una Cumbre en Teherán para el mismo viernes, donde se analizaría la situación de este último reducto terrorista que opera en Siria y al que Washington pretende sacar del atolladero para que continúe sus acciones contra el gobierno del presidente sirio Bashar Al Asad.

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