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Almagro “mira” al Caribe

4 de diciembre de 2019

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Igual que ocurrió en Bolivia, Luis Almagro, secretario general de la OEA, ha lanzado sus dardos envenenados contra Dominica, la pequeña isla del Caribe, que celebrará sus elecciones generales este seis de septiembre.

El personaje en cuestión ha querido que lo inviten a desestabilizar Dominica y quizás hasta orquestar un golpe de estado al estilo boliviano. Pero, 24 horas antes de que los habitantes de la ínsula acudan a las urnas, el legítimo gobierno del primer ministro Roosevelt Skerrit, no ha caído en la trampa de que los comicios sean controlados y auditados por tan desprestigiada institución como lo es la OEA.

«El Gobierno de Dominica rechaza la misión electoral de la OEA en las próximas elecciones. Tendremos elecciones libres de cualquier interferencia extranjera. Solo el pueblo de Dominica elegirá su gobierno», sentenció el primer ministro.

No obstante, la Comunidad del Caribe (CARICOM) ha sido invitada como observadora de los comicios de este viernes.

Las principales agrupaciones políticas de la Isla, el Partido Laborista de Dominica, de Roosevelt Skerrit y el Partido Unido de los Trabajadores, del opositor Lennox Linton son, según las encuestas,  los favoritos para vencer en los comicios generales.

El actual premier, expresó la víspera que pese a los intentos de desestabilización que realiza el candidato opositor,  por el Partido Unido de los Trabajadores, Lennox Linton, el país seguirá garantizando el derecho al voto y a la paz.

Se ha constatado que durante toda la campaña electoral, la OEA se ha alineado con el partido contrincante, lo que ha provocado manifestaciones demandando una reforma electoral.

En las elecciones de este viernes serán elegidos un primer ministro y los 21 miembros de la Cámara (Parlamento).

El actual gobierno de Dominica y en especial su primer ministro Skerrit, se han caracterizado por una política inclusiva en beneficio de los sectores más pobres. De igual forma han mantenido una postura firme y solidaria con Venezuela y el gobierno legítimo de Nicolás Maduro.

Todo ello, ha sido muy criticado por la OEA y Almagro, así como por el gobierno de Estados Unidos. Incluso, la economía de esa isla se ha visto afectada grandemente porque Washington ha cerrado su mercado al banano de Dominica, una de las mayores fuentes de ingreso del país.

Ni una palabra han pronunciado Luis Almagro, ni los representantes del gobierno estadounidense, respecto a la situación de las islas caribeñas afectadas ya por los efectos del cambio climático.

Tampoco sobre la ayuda aprobada en Cumbres del clima para que los estados más ricos contribuyan a mitigar los devastadores efectos en ínsulas que, de subir el nivel del mar, serían arrasadas totalmente.

Ni antes, ni ahora, la OEA, Luis Almagro, Mike Pompeo o Donald Trump han mostrado preocupación y ocupación por quienes en Dominica tenían limitadas sus posibilidades de salud y educación, beneficiados únicamente por la petición del primer ministro Roosevelt Skerrit a naciones como Cuba o Venezuela, para que la solidaridad se hiciera presente en la Isla, como ha sucedido hasta el día de hoy.

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