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Alianza en dificultades

18 de febrero de 2016

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La tradicional alianza entre los gobiernos de Turquía y Estados Unidos –nacida a raíz de la Segunda Guerra Mundial y fortalecida durante largos años con la Unión Soviética como enemigo común– parece entrar en dificultades como consecuencia de los últimos desarrollos tenidos por la guerra de agresión contra Siria y la participación de los diversos sectores kurdos en ese conflicto armado, cuyas organizaciones más beligerantes se encuentran dispersas y establecidas tanto en territorio sirio como iraquí y turco.

La aspiración histórica del pueblo kurdo a tener su propia tierra patria e independiente dentro del vasto territorio del Kurdistán, actúa como telón de fondo de toda esa problemática y ahora aparece como un importante elemento de la guerra contra Siria y también en Irak, a la vez que se ha convertido en un crucial ingrediente dentro del panorama político interno de Turquía.

Los últimos acontecimientos han puesto en evidencia las diferencias entre algunas apreciaciones diplomáticas del gobierno de Washington, manifestadas a través del secretario de Estado, John Kerry, y las actuaciones altamente agresivas del régimen de Ankara, cuyas tropas han invadido abiertamente sectores fronterizos con Siria, que habían sido liberados de elementos terroristas por parte de fuerzas kurdas radicadas en Siria, combatientes en favor del gobierno sirio encabezado por Bachar Al-Asad.

Según observadores militares, el ejército turco busca mantener abiertos los caminos que le permitan introducir en Siria los refuerzos logísticos y de personal en apoyo a determinados grupos terroristas que, en estos momentos, ayudan también a debilitar el cerco alrededor de Aleppo –que hoy enfrenta una sostenida ofensiva del Ejército y la Aviación siria y la fuerza aérea rusa.

La agresión militar directa de Turquía contra los territorios sirios se produce en momentos en que tanto Estados Unidos como Rusia, sin olvidar a Francia, negocian previo a las próximas conversaciones de paz pudiendo conducir a un eventual acercamiento de posiciones y la aparición de ciertas condiciones favorables a un entendimiento, aunque poco probable si se tienen en cuenta las posiciones irreductibles hasta ahora de los grupos terroristas sirios y, por supuesto, del llamado Estado Islámico.

El hecho cierto es que las incesantes conversaciones que sostienen en diferentes lugares y a distintos niveles pero sostenidamente, Estados Unidos y Rusia alrededor del tema sirio, junto a los resultados exitosos obtenidos por las fuerzas del gobierno sirio y la aviación rusa contra elementos terroristas de diverso signo –tanto la llamada “oposición siria” como el Estado Islámico– parecen haber llevado el nerviosismo y la preocupación al régimen turco, que prefiere amenazar e intenta chantajear a los que hasta ahora fueron sus cómplices y protectores. Será necesario seguir este desencuentro para conocer hasta dónde llegará y sus posibles consecuencias.

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