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Alerta Argentina

28 de noviembre de 2019

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Se acerca la fecha de toma de posesión del nuevo presidente de Argentina, Alberto Fernández, que será el 10 de Diciembre y no pocos observadores y analistas ya señalan su coincidencia con los acontecimientos de diverso carácter que están teniendo lugar en muchos países de América Latina –en particular en Suramérica–, y presagian las diferentes posibilidades o dificultades que deberá enfrentar ese gobierno que, según han declarado el propio Fernández y su vicepresidenta Cristina Fernández, deberá tener un contenido progresista y antineoliberal.

Estudiada con detenimiento la situación, vemos que el cambio de gobierno argentino ocurre en medio de sucesos contradictorios en la región, que van desde los estallidos sociales e insurgencias populares en Ecuador, Chile o Colombia hasta el golpe de estado fascista de Bolivia, sin olvidar los reñidos y ajustados resultados de las elecciones uruguayas.

Todo ello sumado y relacionado marca sin dudas un convulso escenario, donde no es posible ignorar el peso y la importancia de Argentina como un país líder dentro del llamado Cono Sur en que siempre ha jugado un papel de preminencia, tanto en lo político y social como en lo económico.

Si nos atenemos al panorama argentino actual no es difícil advertir que, aún teniendo en cuenta el rotundo triunfo electoral de los gobernantes recién elegidos frente al fracasado y perverso régimen macrista –que no pudo rebasar un solo mandato–, la tarea que enfrenta el victorioso Frente de Todos es ardua y difícil.

Requerirá de mucha inteligencia y habilidad, audacia y firmeza, unidad y organización entre todos sus componentes, preparación política e ideológica de las vanguardias populares que hicieron posible la derrota del macrismo y una clara decisión de dar cumplimiento al programa respaldado masivamente por los electores.

Tanto el presidente electo como su vicepresidenta han dado reiteradas muestras de que están dispuestos y conscientes para desafiar las difíciles circunstancias y conducir con el apoyo del pueblo a una nueva Argentina que recupere pasados tiempos de soberanía, justicia social y dignidad.

Deberán mantenerse, por supuesto, muy alertas ante las maniobras del enemigo imperialista y sus socios del fascismo regional que han anunciado ya sus aviesas intenciones contra el nuevo gobierno argentino –aún antes de la toma de posesión– en función de una colusión previamente concertada entre los poderes mediáticos, judicial y los elementos oligárquicos asociados.

Un llamado se impone; Alerta Argentina.

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