ribbon

ALBA, amanecer de unidad que debemos cuidar

21 de mayo de 2019

|

 

Decir alba, según el diccionario, es constatar el cielo iluminado a consecuencia de la refracción de la luz en la atmósfera terrestre. El fenómeno aparece cada mañana, aún cuando el sol no haya salido.

Decir ALBA, desde diciembre del 2004, es reconocer que esa mañana iluminada y radiante ha llegado para los pueblos de América Latina y el Caribe. Es la existencia de la Alternativa Bolivariana para los pueblos de América, esa institución tan esperanzadora como necesaria.

A solo 22 días del triunfo revolucionario de enero de 1959, durante su primer viaje a Caracas, ese gigante del pensamiento y la acción, Fidel Castro, expresaba: «Quiero que el concepto patria tenga mayor alcance, que al decir patria nos estemos refiriendo a la gran América que componen nuestras pequeñas patrias».

Quedaba muy claro que el visionario Fidel, pensaba y se proponía construir esa Patria grande a la que un siglo antes, José Martí veía como un sueño necesario.

Conjugando pensamiento y acción, el Comandante en Jefe y el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, firmaron el 14 de diciembre del 2004 en La Habana la Declaración Conjunta para la creación de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA).

Cinco años después, el 19 de octubre del 2009, escribió Fidel en una de sus Reflexiones: «El ALBA, creado por la República Bolivariana de Venezuela y Cuba, inspiradas en las ideas de Bolívar y Martí, como un ejemplo sin precedentes de solidaridad revolucionaria ha demostrado cuánto puede hacerse en apenas cinco años de cooperación pacífica».

Ejemplo y acción iban de la mano en el pensamiento de líder que había concebido al ALBA como un instrumento para desarrollar bases de cooperación mutua y complementación política, social y económica para los países de América Latina y el Caribe.

De ese principio irradiaron las misiones médicas de cientos de miles de galenos cubanos que han prestado sus servicios valiosos en os más intrincados espacios geográficos de América Latina, el Caribe, África y Asia.

Y, aunque el actual gobierno de Ecuador haya dado el paso en falto se renunciar al ALBA, pienso que toda la población de ese hermano país recuerde y agradezca la misión médica que hizo un estudio genético para detectar diversas patologías entre la población más pobre, más abandonada y más necesitada. De ese estudio se desprendieron programas de tratamiento para discapacitados o que padecen de enfermedades de difícil cura.

Otro ejemplo de esa colaboración desarrollada en medio del proceso de integración latinoamericana y caribeña, es la Operación Milagro que ha devuelto la visión a millones de ciudadanos, o la conocida como Yo si puedo, que libró del flagelo del  analfabetismo a millones de seres humanos que nunca pudieron aprender a leer y escribir y que, en el caso de países como Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Ecuador, han marcado pautas para la declaración de países libres de analfabetos.

Recuerdo a Fidel cuando el 20 de agosto de 2005, en el acto de la primera graduación de la Escuela Latinoamericana de Medicina, expresó: «Cuanto he dicho es, sin embargo, pálido al lado del colosal movimiento de formación de médicos de vanguardia que a la luz del alba bolivariana están llevando a cabo Venezuela y Cuba. De esta forma, y en pleno desarrollo de la Misión Barrio Adentro, concebida por el Presidente Hugo Chávez, 22 043 bachilleres venezolanos cursan —en el año 2005— estudios premédicos en los 7 898 consultorios de Barrio Adentro, en estrecha cooperación con los ministerios venezolanos de Enseñanza Superior y Salud Pública. El 3 de octubre iniciarán los estudios de primer curso de Medicina. En solo diez años se graduarán 40 000 por esta vía».

Varios años después y gracias a la Operación Milagro habían recuperado la vista más de cinco millones de personas en cerca de una treintena de naciones.

De igual forma, durante la primera década del mecanismo del ALBA, alrededor de 24 000 médicos integrales comunitarios de América Latina y el Caribe se graduaron gracias a programas desarrollados por el ALBA-TCP.

Ya en 2014, cinco millones de ciudadanos de 18 países de nuestra región habían sido alfabetizados gracias al método «Yo sí puedo».

Hoy, en 2019 y cada día del futuro, la integración y colaboración lograda entre los países del ALBA deben constituir un patrimonio infranqueable de la unidad imprescindible de nuestros países.

Comentarios