Agua que debes beber ¡no la privatices!
3 de enero de 2019
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Recientemente, cuando tratamos problemas sobre El Salvador, las insuficiencias de la actualadministración, a pesar de los buenos deseos de su presidente, el ex líderguerrillero Salvador Sánchez Cerén, no se hizo hincapié sobre el problema del agua en el país, que sufrió cinco años consecutivos de extrema sequía.
Todo fue aprovechado por empresas transnacionales para, mediante la reaccionaria agrupación ARENA –mayoritaria en el Congreso-, maniobrar acerca de la privatización del líquido, mientras comunidades indígenas protestaban contra mineras extranjeras que lo envenenan, a causa de sus trabajos intensivos de extracción.
En fin, ese problema también se reproduce en México, donde se espera la acción deun mandatario bien encaminado y que goza de la confianza popular: Andrés Manuel López Obrador.
El saliente gobierno del Partido Revolucionario Institucional no sólo no hizo hecho mucho, sino que avaló la fórmula de privatizar del anterior del Partido de Acción Nacional.
Por lo menos, hay doce millones de personas sin agua en 30 000 comunidades, donde se pueden observar niños que acarrean el líquido en la espalda y mujeres que tienen problemas de columna, por cargar cántaros de agua en la cabeza; miles de menores que tienen manchas en los dientes por los excesos de minerales en el líquido que toman.
Esto no es nuevo, ya que desde 1969 se transfirieron los distritos de riego público a la gestión directa de los agricultores, además de que existe la participación del sector privado en el suministro de agua potable y saneamiento, y el tratamiento de las aguas residuales se subcontrata en gran escala en todo el país.
Pero no se dice que, al final, ello es controlado por entes que dicen buscar la mejora de la eficiencia en un sector como el agua, que es un asunto de seguridad nacional, mientras no se cumplen los presupuestos estatales al respecto y no se entregan completos los recursos.
Pero esto no sólosucede en El Salvador y México, sino en numerosas regiones del mundo, incluidas las del denominado Primero, donde predominan las políticas del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional que eliminan paulatinamente los subsidios al líquido, con el fin de permitir la entrada al capital privado.
Y esto es solo un pequeño aspecto del tema, tratado en México, cuya amplitud desborda la imaginación acerca de lo catastrófico que representa para el planeta y en la conducta del ser humano, por lo que pienso que es bueno este este ejemplo recurrente traído a colación por el corresponsal de la British Broadcasting Corporation en Etiopía:
“Sema Kedir, madre de tres niños, decidió suicidarse colgándose de un árbol. La explicación del enigma estaba cerca, en un pote de agua quebrado. Ella estaba a punto de terminar una caminata de 12 kilómetros desde el pozo más cercano, cuando un accidente la dejó sin el suministro de agua de sus hijos para los próximos dos o tres días”.
La historia de Kedir es la de 1 200 millones de personas en el mundo que no tienen acceso al agua potable.
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