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¿Acuerdo o engaño del siglo?

31 de enero de 2020

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Donald Trump y Benjamín Netanyahu, ambos envueltos en procesos judiciales en sus respectivos países que los han llevado al banquillo de los acusados y ambos también en períodos preelectorales donde está amenazada su per4manencia en el gobierno –tanto en Estados Unidos como en el estado sionista de Israel– coinciden sospechosamente en lanzar al mundo lo que han calificado pretenciosamente como “acuerdo del siglo”, intentando hacerlo pasar como aparente solución de la tragedia que desde 1948 vive el pueblo palestino expulsado de sus tierras, oprimido y asesinado, privado de todos sus derechos.

Mientras algunos no dudan en señalar que la coincidencia no es más que una maniobra mediática sucia y sin mayor relevancia para opacar y desviar la atención de la opinión pública local y mundial hacia los procesos criminales que los dos mandatarios encaran y de los que tratan desesperadamente de salirse, otros le adjudican propósitos de mayor alcance donde, sin dejar de tener en cuenta el contexto en que tiene lugar, se intenta sellar definitivamente cualquier aspiración a la creación de un Estado Nacional Palestino que comparta territorios y conviva pacíficamente con el estado sionista impuesto por los poderes occidentales, hoy apuntalado en primer lugar por el gobierno imperialista de Estados Unidos, con el que mantiene una agresiva y depredadora alianza estratégica nuclear.

No es posible olvidar que el despojo palestino y la expulsión de su pueblo es punto de partida y causa matriz de toda la situación de inestabilidad y guerra que, de un modo u otro, vive la región del Medio Oriente. Agudizar esa situación e imposibilitar su solución significa prolongar indefinidamente una tragedia que, a partir de sus inicios, se extiende de manera sangrienta más allá la Palestina ocupada y llega hasta Siria, Libia, Yemen, Irak y aún a Afganistán, cuyo conflicto no puede verse desligado de las ambiciones económicas y geoestratégicas del imperialismo y ciertos cómplices locales que le sirven por conveniencia económica o afinidad ideológica o ambas a la vez.

Hasta el momento, todas las organizaciones palestinas –de cualquier signo o tendencia– han rechazado la imposición y la califican como “engaño del siglo”, negándose a aceptarla y considerándola una burla flagrante en la que no pueden desembocar tantas décadas de esfuerzos, sacrificios y heroica lucha del pueblo palestino.

El show mediático escenificado en Washington por ambos convictos, apoyado por los medios de comunicación mundiales que sirven al sionismo, desconoce por completo la esencia de la tragedia palestina y es, en ese sentido, una escaramuza irrelevante más y un engaño.

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