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Abusos, a propósito de Chicago P.D.

18 de marzo de 2015

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Por mucho que la propaganda explícita e implícita en un serial policial norteamericano trate de presentar la bondad de un sistema en el que al final debe prevalecer la justicia, Chicago P.D (por Police Department) ofrece por la televisión cubana, Multivisión,  la crudeza de los métodos utilizados contra los terribles “chicos malos” para hallar de esa manera la forma de salvar a los “buenos”.
El fin justifica los medios, no importa la forma en que se llegue a ello, solo denostado muy tímidamente en la atractiva serie, donde todo se logra, cuando se utiliza la brutalidad hasta el abuso excesivo, algo muy común en las prisiones norteamericanas dentro y fuera de Estados Unidos.
Abu Gharib, en Iraq, y la base naval de Guantánamo, en  territorio cubano ilegalmente ocupado, son ejemplos de ello en grado sumo, pero el propio Chicago y su Departamento de Policía tiene un centro de torturas que era secreto, hasta que grupos de promoción de derechos humanos exigieron una investigación al respecto en esa ciudad del estado de Illinois.
Allí, la policía local retiene a personas incomunicadas y las somete a malos tratos y sustracciones de dinero.
“Como alcalde de Chicago, es usted responsable ante la ley de Estados Unidos y la legalidad internacional de garantizar que no se cometan violaciones de derechos humanos en la ciudad”, han recordado en una carta abierta al alcalde Rahm Emmanuel.
El centro clandestino, ubicado en la plaza Homan Square, salió a la prensa a finales de febrero y está siendo comparado a los secretos de torturas que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense opera en países de todo el mundo.
La policía utiliza el lugar para poner en situación de indefensión y ansiedad a sus detenidos, en general acusados de tenencia de pequeñas cantidades de droga, y exigirles que aporten información sobre supuestos delincuentes o firmen confesiones falsas elaboradas por los propios agentes.
También sustraen cantidades de dinero a las víctimas de hasta varios miles de dólares, sin informarles de proceso legal alguno para recuperarlo, al igual que se les da a entender que no pueden contactar con un abogado, o directamente se les niega esa posibilidad.
“Hasta ahora, si mencionabas que la policía de Chicago te había llevado a un almacén  y mantenido cautivo sin garantías procesales, la gente pensaba que estabas chiflado”, escribe el periodista Matt Agorist. “Por eso han estado sin voz los que han sido retenidos en esa repugnante prisión secreta… hasta ahora”, observa.
En efecto, tras revelar el diario británico The Guardian la existencia del centro el 24 de febrero último, son cada vez más las personas que aportan testimonios de malos tratos similares, y de la ansiedad sufrida al no existir registro legal de su presencia en el lugar, ni tener constancia de ello sus familiares.
Los agentes de policía emplean este almacén, denominado Sitio Negro, para mantener a los detenidos fuera de sus bases de datos, golpearlos, encerrarlos con grilletes durante periodos prolongados y evitar que tengan acceso a asesores legales hasta por 24 horas. Incluso niños de tan solo 15 años han sido sometidos a estas prácticas brutales.
Pese a que EEUU ha cometido crímenes similares en todo el mundo desde los atentados del 11 de septiembre, so pretexto de la “guerra contra el terror”, la investigación del periódico británico indica que el Sitio Negro” es para personas no sospechosas de actividades relacionadas al terrorismo, sino “es compartido por unidades antipandillas y antidrogas de la policía”.
En una entrevista publicada por la publicación rusa Sputnik, un antiguo detenido en Homan Square, Tenoch Acamapic, describe su experiencia como “tortura psicológica”, además de que denuncia haber sido golpeado y mantenido esposado en aislamiento durante horas para que diera datos sobre la banda Latin Kings, que dice desconocer.
CALIFORNIA COMPITE
Miles de presos en seis cárceles de California estuvieron tres semanas en huelga de hambre, para pedir que se dejen sin efecto las detenciones en las oscuras y siniestras celdas de aislamiento y la colocación de jaulas de alambre en los patios.
Un informe de Amnistía Internacional dice que las normas internacionales de reclusión se están incumpliendo y los funcionarios estatales ocultan las razones de varios suicidios en las unidades de aislamiento.
El caso mas conocido es el de Alex Machado, encarcelado en 1999, que se suicidó el año pasado, después de ser colocado en confinamiento solitario en la prisión estatal de Pelican Bay.
Allí empezó a desmoronarse psicológicamente, se le hacía dormir poco y no le permitían bañarse.
California tiene  el número mayor de suicidios de presos en Estados Unidos, un número que va en aumento.
Las condiciones en el estado de seguridad de reclusión muestran que las normas internacionales en materia de trato humano no se cumplen. “Es asfixiante”, dijo T. Murphy, un observador de Amnistía Internacional, que tuvo acceso inusual a las unidades de aislamiento en Pelican Bay y otras dos prisiones de California en noviembre pasado..
Actualmente, hay más de 3 100 presos que viven en unidades de seguridad en California. y miles más en similares unidades de segregación administrativa.
Al menos 500 reclusos han pasado más de 10 años en aislamiento y 78 por más de 20 años. Solo en el 2011, se conocieron de 34 suicidios, por lo cual es muy probable que las condiciones sean las peores de la nación.
Y esta es una parte del problema de una nación donde sus dirigentes a todos los niveles ignoran, violan, la letra escrita de los principios democráticos que dicen defender y exigen a los demás.

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