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Abierta injerencia del Imperio en Hong Kong

4 de septiembre de 2019

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Por segunda vez en cinco años, Hong Kong se estremece con violentas protestas en las que miles de personas actúan contra la policía y edificios oficiales para demandar la salida de la gobernadora Carrie Lam, que no se extradite a líderes de la revuelta a territorio continental y el regreso de la democracia al estilo colonial.

Realmente, no hay muchos secretos en este nuevo ataque al estatus de la Región Administrativa Especial de Hong Kong, que adquirió en 1997, cuando Gran Bretaña accedió pasar la soberanía de su colonia a la República Popular China -a la que legítimamente pertenece., mediante la política de Beijing de “un país, dos sistemas”.

Varias falsas agencias no gubernamentales sustituyen a la muy desprestigiada Agencia Central de Inteligencia en las acciones contra las autoridades hongkonesas, que han provocado el malestar de la población y el temor a hechos cada vez más violentos, mientras las fuerzas policiales tratan de actuar moderadamente, a pesar de varios asaltos a comisarias, el Parlamento y el aeropuerto internacional.

Tras el fracaso de la tentativa secesionista del 2014, la cabeza emprendedora de la rebelión, una supuesta ong denominada National Endowment for Democracy (NED), descrita como una organización que hace exactamente lo contrario de lo que su nombre implica, utiliza la democracia como herramienta para avivar las “revoluciones de color” en todo el mundo. En la década de 1980, financió “fuerzas democráticas” en Checoslovaquia, Hungría, Rumania y Bulgaria para agitar el “cambio de régimen”, según un informe de The Washington Post de 1991.

Más recientemente, ha tratado de influir en las elecciones en Mongolia, Albania, Bulgaria y Eslovaquia y ha construido “movimientos” contra  Rusia en Ucrania, Bielorrusia, Moldavia, Georgia, Serbia, Kosovo y Bosnia-Herzegovina, en tanto, al igual que en el 2014, vuelve a la carga en Hong Kong, donde distribuye millones de dólares para organizar a líderes de todo tipo en la sedición.

En ese entonces, Louisa Greve,  vicepresidenta de los programas de la NED para Asia, Medio Oriente y África del Norte, dijo que la organización había estado financiando programas en Hong Kong durante aproximadamente dos décadas, con subvenciones por un total de varios millones de dólares.

A su vez, la Voz de los Estados Unidos de América afirmó que los tres socios de la NED en Hong Kong fueron el Solidarity Center, con sede en EE.UU.; el Hong Kong Human Rights Monitor (HKHRM), que recibió subvenciones y había estado trabajando en Hong Kong desde 1997, y el National Democratic Institute, también norteamericano.

El portal estadounidense Mint Press News publicó que la financiación de la NED a grupos en Hong Kong se remonta a 1994, con HKHRM recibiendo más de 1,9 millones de dólares entre 1995 y 2013.

El sitio web de la NED muestra que otorgó 155 000 dólares a Solidarity Center y 200 000 al National Democratic Institute para trabajar en Hong Kong, y 90 000 al Hong Kong Justice Center en el 2018. El National Democratic Institute recibió 650 000 dólares del 2016 al 2017, y Solidarity Center 460 mil dólares del 2015 al 2017. Además, a través del trabajo de sus socios en Hong Kong, la NED ha mantenido estrechas relaciones con otros grupos en la región.

El programa de The News, del canal Rossia Today, reveló en julio que seis organizaciones están recibiendo dinero y trabajando con la NED. Son el HK Institute of Human Resource Management, la HK Confederation of Trade Unions, la HK Journalists Association, el Civic Party, el Labor Party y el Democratic Party, todos ellos miembros del Civil Human Rights Front (Frente Civil de Derechos Humanos), del que participan medios de comunicación de Hong Kong como el South China Morning Post y el Hong Kong Free Press, que es el virtual organizador de las protestas.

En una entrevista en el programa Defcon 3, de Fox News, Michael Pillsbury, miembro del Hudson Institute, dijo que EE.UU. tiene influencia sobre asuntos políticos en Hong Kong. ”Hemos financiado con millones de dólares programas a través de la National Endowment for Democracy, así que la acusación china no es totalmente falsa”, admitió.

En marzo pasado, el vicepresidente norteamericano, Mike Pence, se reunió con Anson Chan y los legisladores de la oposición Charles Mok y Dennis Kwok en Washington. Dos meses después, Lee visitó EE.UU., y se reunió con el secretario de Estado, Mike Pompeo, y participó en un evento organizado por la NED. A principios del mes pasado, Lai, otro líder “rebelde”, se reunió con Pence, Pompeo, el asesor de seguridad John Bolton y senadores republicanos.

Más claro ni el agua, cuando se trate de averiguar quién está detrás de las manifestaciones en Hong Kong: la NED, instrumento destructivo de la política injerencista de Estados Unidos contra China.

La situación se hace difícil, porque el dinero que compra conciencias es mucho, hay testaferros y mercenarios organizados para seguir provocando problemas y la importante economía de Hong Kong se encuentra en peligro.

China ha pedido reiteradamente a EE.UU. que no interfiera en los asuntos de la Región Administrativa Especial, pero Washington no hace caso, además de aumentar la guerra comercial que ha declarado contra Beijing, por lo cual, pienso y creo, se debe pasar a métodos más efectivos contra los tarifados del imperialismo.

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