ribbon

A propósito del “sueño americano”

4 de noviembre de 2019

|

 

Recién se ha editado un libro del economista y filósofo Daniel Markovits, profesor de la Universidad de Yale, Estados Unidos,  donde el autor califica el llamado sueño americano como «una farsa».

Según se recoge en reportes de BBC Mundo, la investigación de  Markovits parte de analizar la creencia de muchas democracias occidentales, con EE.UU. a la cabeza, de que las economías de libre mercado están hechas para promover el talento y la excelencia.

Y agrega el autor: Así, el llamado ‘sueño americano’ que persiguen los estadounidenses y los inmigrantes se basa en la idea de que cualquier persona con habilidad, deseo y perseverancia puede llegar a la cima.

Y enfatiza: «Estados Unidos, de hecho, se ha convertido en una jerarquía de clases muy rígidas y selectivas, en la que las élites se segregan del resto de la sociedad».

Cita el autor la problemática de la enseñanza universitaria en la nación del Norte, donde la educación está marcada por el dinero, es decir, quien tenga más dinero podrá ir a las universidades élites y por tanto, también, una vez graduados, recibir empleos mejor pagados.

En el análisis de esta arista de la sociedad norteamericana, asegura que «la desigualdad económica está produciendo una mayor diferencia en el rendimiento escolar que la segregación racial en su momento. Eso es nuevo y eso es impactante», dice el economista en referencia a la segregación escolar (prohibida en 1954).

En consonancia con lo descrito por el catedrático Daniel Markovits en el libro citado, apareció un informe del relator sobre pobreza extrema y derechos humanos de la ONU, Philip G. Alston.

El especialista de las Naciones Unidas explica en el documento sobre Estados Unidos que «su enorme riqueza y conocimiento contrastan de forma chocante con las condiciones en las que viven grandes cantidades de sus ciudadanos. Unos 40 millones viven en pobreza, 18,5 millones en pobreza extrema y 5,3 millones en condiciones de pobreza extrema propias del tercer mundo».

El Informe de la ONU es catalogado como «una crítica descarnada a la primera potencia del mundo», en la que se apuntan problemas como la creciente desigualdad, la persistencia del racismo o la existencia de un sesgo entre los sectores en el poder hacia los más pobres y desfavorecidos.

En otra parte del documento de Philip G. Alston dice que «en un país rico como Estados Unidos, la persistencia de la pobreza extrema es una decisión política adoptada por quienes están en el poder. Con voluntad política podría ser fácilmente eliminada.

Finalmente, el informe de la ONU critica el peso que al hablar sobre la pobreza se le da a la imagen «caricaturizada» sobre las supuestas diferencias entre ricos y pobres que son difundidas «por algunos políticos y medios estadounidenses».

Y ejemplifica: para ellos, «los ricos son trabajadores, emprendedores, patriotas e impulsores del éxito económico. Los pobres son vagos, perdedores y tramposos. Como consecuencia de ello, (se considera que) el dinero que se gaste en bienestar social es dinero tirado a las cañerías», critica Alston.

Concluyo con la convicción de que tanto el libro del economista y filósofo norteamericano, Daniel Markovits, como el informe del especialista de la ONU, Philip G. Alston, se entroncan con una realidad ineludible: el sueño americano no pasa de ser una terrible pesadilla.

Comentarios