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Farsante por partida doble

28 de diciembre de 2020

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Este fin de semana en Caracas, quizás en su último acto como farsante confeso, Juan Guaidó, volvió a autoproclamarse «presidente» encargado y hasta «prolongó» su cargo en la Asamblea Nacional venezolana (en desacato) y ya abolida luego de las elecciones del pasado 6 de diciembre.
Recordemos que a esos comicios asistieron además de los integrantes del chavismo, varios partidos de la oposición que, en igualdad de condiciones, recibieron la aprobación o no de los ciudadanos.
Ambos hechos asumidos este sábado por Guaidó son inconstitucionales y carecen de toda valía.
Se trata, en todo caso, de un nuevo show mediático o de un aviso al Departamento de Estado norteamericano, para que siga apoyándolo en sus planes desestabilizadores de la sociedad bolivariana.
Lo hizo ahora, porque, tal y como establece la Constitución, el próximo 5 de enero, quedará formada la nueva Asamblea Nacional salida de estos comicios y por lo tanto quedarán sepultadas todas las pretensiones de un gobierno paralelo como ha escenificado Guaidó.
Se sabe que otras razones, principalmente judiciales, se harán cargo de quienes, bajo su dirección, han hecho tanto daño al país.
A manera de recordatorio es bueno decir que en las elecciones parlamentarias del pasado 6 de diciembre, la alianza que conforma el Gran Polo Patriótico, afín al chavismo, obtuvo un total de 256 legisladores de los 277 que integrarán la Asamblea.
La Constitución venezolana, establece que con esos legisladores democráticamente electos, se conformará el 5 de enero la nueva Asamblea Nacional en sustitución de la que Gauidó quiere seguir representando de manera ilegal.
Un despacho noticioso de HispanTV refiere que la ilegal prórroga de funciones de la Asamblea Nacional —en desacato desde 2016— no ha contado con el respaldo de Acción Democrática (AD), el segundo mayor partido opositor, una decisión considerada como una nueva señal de la división dentro de las fracciones de derecha. AD se ha abstenido en la votación.
El viceministro de Comunicación Internacional del Ministerio de Exteriores venezolano, William Castillo, condenó el acto y lo catalogó como el «teatro del absurdo», protagonizado por la derecha.
Estas circunstancias que intentan provocar un clima adverso para los venezolanos este fin de año, de seguro responden a los mismos planes salidos del Departamento de Estado norteamericano, desde el momento mismo en que la administración Trump reconoció a Guaidó como autoproclamado presidente, ignorando la existencia en ese país de un gobierno y un presidente elegidos democráticamente por el pueblo.
En días recientes, el gobernante Nicolás Maduro dijo al pueblo que la Asamblea Nacional opositora que destruyó el país se va en paz, gracias al voto popular en la elección de nuevos representantes.
No obstante, el reciente acto ilegal y provocador de Guaidó y su grupo, puede convertirse en escenario de confrontación que traspase los límites del show mediático.
Experiencias adversas al respecto, hay muchas en Venezuela.

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