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Trump y la «Acción de Gracias»

26 de noviembre de 2020

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Las celebraciones en Estados Unidos por el Día de Acción de Gracias, al margen de los dos pavos que el presidente Donald Trump «perdonó» en una ceremonia en los jardines de la Casa Blanca, han estado afectadas por la crisis provocada por el mal manejo de la pandemia del coronavirus y los grandes perjuicios económicos que están golpeando al país más rico del mundo.
Despachos de prensa se refieren a los 26 millones de adultos estadounidenses que carecen de recursos para adquirir comida, las enormes filas de personas que esperan por algún plato de alimentos para zacear el hambre y la frustración generalizada entre las grandes mayorías sin recursos que forman el polo totalmente opuesto a los multimillonarios —incluido el Presidente Trump— que se pueden dar el lujo de degustar un pavo en una fecha como esta.
Según se recoge en la historia de esta celebración, la misma se remonta al año 1620, cuando los peregrinos, disidentes de religiosos ingleses que ayudaron a establecer la colonia de Plymouth en lo que es hoy Massachusetts.
Hay relatos que señalan la ocasión en que los nativos estadounidenses se acercaban a los colonos ingleses para enseñarles cómo sobrevivir en el Nuevo Mundo.
De esa forma, se organizaban encuentros donde participaban hombres de la tribu Wampanoag y los aproximadamente 50 pasajeros supervivientes del Mayflower. En el barco viajaban 102 personas, muchos de los cuales eran protestantes que huían de la persecución religiosa en la metrópoli europea.
De ese acontecimiento histórico surge el Día de Acción de Gracias, inicialmente como festividad religiosa, que luego quedara identificada como la ocasión para comer pavo.
La conmemoración se hizo aún más conocida cuando, en 1863, en medio de la Guerra Civil, Abraham Lincoln proclamó la celebración anual del Día de Acción de Gracias. En esa ocasión, el aniversario comenzó a adquirir un significado cívico, despojándose de sus orígenes cristianos.
La consagración definitiva de ese día se remonta a mediados del siglo pasado, cuando el presidente Franklin Roosevelt propuso su institución para el cuarto jueves de noviembre, la cual fue aprobada por el Congreso en 1941.
El Día de Acción de Gracias también se celebra en la Casa Blanca, donde la ‘ceremonia de gracias’ se ha llevado a cabo desde finales de la década de 1980, lo que significa que el presidente decide salvar dos pavos.
El primero en perdonar a los pavos que de otro modo hubieran terminado en la mesa de la Casa Blanca fue Ronald Reagan en 1987, imitado por George Bush en 1989. Desde entonces, todos los presidentes han continuado la tradición, incluido Donald Trump, que precisamente este miércoles concedió indulto al 73º pavo que pasa por la Casa Blanca, siendo además uno de sus últimos actos públicos como presidente antes de que sea sustituido de manera definitiva por el recién elegido, Joe Biden, el próximo mes de enero de 2021, refiere un despacho de Infoabe.
El diario The New York Times, recuerda que en el mes de noviembre del 2018, luego de una votación que no le importó lo suficiente como para formular teorías conspirativas sobre los resultados, el presidente Donald Trump se presentó en el Jardín de las Rosas y dijo la cruda verdad, esta vez dirigiéndose a un pavo: «Estos fueron unos comicios justos», le dijo a un pavo llamado Carrots.
Ahora la prensa estadounidense ironiza: «Por desgracia, Carrots (refiriéndose a Trump) no quiso reconocer su derrota y exigió un recuento de votos.
Esta vez, el Día de la Acción de Gracias coincide en un entorno donde el magnate presidente de Estados Unidos se niega a reconocer su derrota en las elecciones recientes, aunque el hecho no sea limitante para «perdonar» a uno de los dos pavos correspondientes a la ocasión, y denominado Peas…

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