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94 x 12: aplastante derrota

15 de enero de 2019

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Noventa y cuatro representaciones gubernamentales de las más diversas regiones del mundo asistieron a la toma de posesión del presidente legítimo y constitucional de Venezuela, Nicolás Maduro, y propinaron así la más contundente derrota a los planes de sabotaje a esa ceremonia que habían elaborado conjuntamente la pandilla, cártel o grupo de Lima, el Departamento de Estado yanqui y la CIA

Los doce pandilleros y sus inspiradores quedaron bochornosamente aislados en medio del reconocimiento internacional generalizado que recibió el nuevo gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, surgido de las pasadas elecciones generales donde el candidato Maduro recibió casi 70 por ciento de los votos frente a varios adversarios opositores.

No es de dudar que a partir de este momento se incrementen el odio y la ceguera del gobierno imperialista de Estados Unidos y sus asociados más viles y obsesionados como Luis Almagro, el de la OEA, y se multipliquen los planes de agresión, guerra económica, interferencia y hasta magnicidio otra vez contra las autoridades legítimamente electas y posesionadas en el gobierno de Venezuela para continuar conduciendo la Revolución Bolivariana que inició Hugo Chávez, al que tampoco pudieron derrotar.

Una representación tan baja en lo moral y tan débil en lo organizativo, tan llena de contradicciones y ambiciones entre sí como en la titulada “oposición” venezolana ya dio todo de sí misma y ante fracasos y escollos debe ahora aguardar por sus amos yanquis para definir los próximos pasos.

Tantos golpes recibidos en tan poco tiempo pudieran hacerles llegar a una peligrosa desesperación y aumentar los riesgos de una gran locura, como pudiera ser una posible intervención militar directa encabezada por Estados Unidos con la participación simbólica de algunos de sus títeres, hoy pandilleros de Lima.

Ante el fracaso rotuno de otros planes y el apoyo mayoritario que sigue dando el pueblo venezolano a su Revolución Bolivariana y al legado de Hugo Chávez, más la complicada situación interna que confronta la Administración Trump, no pueden excluirse las peores variantes. Hay que tenerlas en cuenta.

Ello lo comprende perfectamente el gobierno bolivariano y por eso está alerta, compartiendo la recuperación económica con las tareas imprescindibles de la defensa, la movilización popular y la solidaridad internacional de pueblos y gobiernos amigos.

Por su parte, Venezuela sigue llamando al diálogo respetuoso, constructivo y fructífero y practicando una diplomacia activa, inteligente y audaz. Evitando la guerra, está ganándola.

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