ribbon

Respuesta adecuada

9 de junio de 2016

|

Con grave tono de voz y cara que denotaba preocupación, el presidente francés, François Hollande, intentó restar importancia a las maniobras de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) cerca de las fronteras con Rusia, e intentó hacer creer que eran rutinarias y meramente de carácter defensivo.
No era la primera vez que alguna que otra voz atlantista trataba de convencer a Moscú que acciones similares no representaban amenaza alguna a Rusia, pero, por supuesto, ello era demasiado burdo para creerlo y el presidente Vladimir Putin ha estado tomando medidas adecuadas que responden consecuentemente a cualquier amenaza.
Sin dudas, Occidente está preocupado por las modernas armas rusas, que han ido creciendo en calidad y no dejan margen a una agresión sorpresiva.
Al mismo tiempo, Gran Bretaña anunció que modernizará su arsenal nuclear, Turquía se queja de la participación de la aviación rusa en Siria, que obstaculiza su agresión allí a la población kurda, y Estados Unidos sigue involucrándose cada vez más y más en Europa.
Ahora, mediante la OTAN, está patrullando las fronteras de la Unión Europea, asumiendo un liderazgo en la crisis de los refugiados. También corre con una parte muy grande de los costes, hasta el punto de que los europeos muchas veces se abstienen de desarrollar su política de Defensa y de Exteriores, porque saben que ahí está EE.UU. para hacerse cargo.
Pero eso no es todo, por lo que se justifica que Rusia haya tomado fuertes medidas de defensa disuasoria, que incluye la ampliación de una base militar, todo ello en territorio ruso, sin acudir a sus aliados de la zona.
Al contrario, Estados Unidos utiliza ya el territorio de once de sus aliados para asentar enclaves militares, con la participación de los países bálticos y Polonia, que tienen fronteras con Rusia, sin contar con el control de Ucrania.
A propósito, valga decir que Estados Unidos posee oficialmente 737 bases en todo el orbe, con un valor total de 127 000 millones de dólares, que cubren casi 2 800 kilómetros cuadrados en alrededor de 130 países.
Por eso, no hay sorpresa alguna acerca de que Estados Unidos proseguiría el completamiento del sistema antimisil cerca del territorio ruso, pese a que alegaba que su construcción tenía como objetivo prevenir un ataque nuclear iraní, cuestión que ha sido zanjada con el acuerdo al efecto con Teherán.
Es decir, siempre tuvo la intención de proseguir sus planes para mermar la capacidad defensiva de Moscú, que, a su vez, negó que estuviese empeñada en una carrera armamentística, sino que seguía dando respuestas adecuadas a cada reto guerrerista de Washington.
En cuanto al presidente norteamericano, Barack Obama, unas son las palabras y otros los hechos, porque apenas puede hacerse escuchar por un Congreso controlado por los halcones de la guerra y un establishment económico-militar que ejerce el poder a lo largo y ancho del país y extiende sus tentáculos en el resto de un planeta en peligro de extinción.
Como apunta el colega Cubasí, es natural que Rusia responda con el desarrollo de sistemas ofensivos capaces de superar cualquier escudo y aplique moderna tecnología en armamento de última generación.
Así, ante la creciente amenaza militar norteamericana y el recrudecimiento de las sanciones económicas occidentales, el presidente Vladimir Putin reiteró que “nadie conseguirá intimidar, contener o aislar a Rusia. Nadie lo ha conseguido y nadie lo conseguirá jamás”.

Comentarios