2025-2026: Herencias de tensión y violencia
26 de diciembre de 2025
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Finaliza un año convulso y complicado y una nueva etapa lo hereda, concentrando diversos focos de tensión y violencia mundiales: aunque tres de ellos sobresalen por su magnitud y repercusión, añadida la peligrosidad de su extensión y consecuencias aún imprevisibles; tres de ellos sobresalen, por el momento
Se trata del llamado conflicto ucraniano. pendiente de resolver aun; la tragedia del Medio Oriente cuyo epicentro es el genocidio contra el pueblo palestino en la Franja de Caza, y el despliegue aeronaval piratesco de las fuerzas imperialistas estadounidenses en el Caribe, concentradas frente a las costas de Venezuela en actitud amenazante y violando todas las leyes, convenciones y regulaciones internacionales, con desprecio preferente la Carta de Naciones Unidas pisoteada y vilipendiada como nadie antes pudo imaginar.
Tal es el cuadro que preside hoy la actualidad mundial y del cual habrá que buscar difíciles salidas a lo largo de 2026, aun cuando las perspectivas no se presenten halagüeñas.
Dos factores principalmente oscurecen el desenvolvimiento favorable de esas coyunturas, presentándose no solo agresivos y amenazantes, sino de cuanta ley internacional se interponga a sus afanes de dominación, codicia y saqueo, irrespetuosos de la ley internacional que, por otra parte, no ha sido hasta ahora capaz de imponer su autoridad aparentemente conveniada y acatada por todos, teóricamente.
Ante tal situación, salta a la vista que son la administración gubernamental instalada en Washington hace menos de un año y la entidad sionista terrorista de Israel -históricamente protegida y sostenida por los gobiernos estadounidenses- los principales factores conducentes a la incertidumbre y el desequilibrio que se proyectan sobre la humanidad toda.
Corresponderá, por tanto, a esa humanidad toda expresada multilateralmente la misión de reordenar como mínimo el planeta, haciendo prevalecer un ambiente de justicia y paz, sin odios infecundos ni ambiciones neocoloniales a destiempo, con respeto a las leyes e instituciones internacionales comúnmente aceptadas, como las Naciones Unidas y su Carta.
Será el único camino y la única posibilidad de recibir la pesada herencia de 2025.
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