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trigésimo noveno de la premier cubana del Concierto No.1, para piano y orquesta, de Serguei Prokofiev

29 de marzo de 2013

2 DE JUNIO, EL DE 1968, se interpretaba por primera vez en Cuba, el Concierto No. 1 en Re bemol Mayor, para piano y orquesta, de Serguei Prokofiev.
Además de uno de los más grandes compositores contemporáneos, Prokofiev fue un excelente pianista que escribió para ese instrumento numerosas e importantes obras, que incluyen hoy en su repertorio todos los grandes solistas del mundo. Y entre esas obras se encuentra el Primer Concierto, para piano y orquesta.
La obra requiere, para su ejecución, el despliegue de una técnica pianística depurada. Su material temático es fascinante y rico en dinámica, ritmo y contrastes; y el piano, por su parte, pone en juego aquí todos sus recursos: desde los más delicados pasajes hasta la diabólica percusión que se convertiría en un factor común para los compositores de las primeras décadas del siglo XX, como Stravinsky, Bartok, Shostakovich y hasta el propio Prokofiev.
Este Primer Concierto en Re bemol, para piano y orquesta, fue escrito por Prokofiev como obra de graduación en el Conservatorio, y está dedicado a su maestro, el compositor Alexander Cherepnin.
Y en Cuba, esta obra fue escuchada por primera vez en un concierto de la temporada regular de nuestra Orquesta Sinfónica Nacional, dirigida por el maestro noruego invitado, Hans Jochem Reeps, y actuando como solista el pianista Toos Onder den Wijngaard. Y eso ocurrió en 1968, UN DIA COMO HOY.