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Primera interpretación en Cuba de la Sinfonía No. 41 “Júpiter”, de Mozart

29 de marzo de 2013

El 18 de diciembre, el de 1927, se interpretaba por primera vez en nuestro país la Sinfonía No.41 en Do Mayor, de Mozart.
De las más de cuarenta sinfonías escritas por Mozart, la crítica universal coincide en señalar a las tres últimas como las mejores realizaciones orquestales del gran compositor austríaco. Y, como se sabe, esas tres últimas sinfonías de Mozart, o sea, la 39, la 40 y la 41 fueron escritas en el brevísimo lapso del verano de 1788 en la ciudad de Viena.
La Sinfonía en Do Mayor, por su parte, se caracteriza por la vigorosa expresión de su material temático, así como por su elaboración, más rica y compleja que la de cualquiera de las sinfonías anteriores de Mozart. El juego contrapuntístico se hace en esta sinfonía más evidente y dramático; los movimientos extremos, es decir, primero y cuarto, proyectan una fuerza titánica; y toda la obra parece cargada por una elocuente tensión emotiva.
Y quizás sean esas características las que determinaron que esta Sinfonía fuera subtitulada como “Sinfonía Júpiter”, equiparando así su grandeza con la de la figura principal de la mitología grecorromana, dueño y señor del Olimpo y padre de los dioses.
Y esta trascendental obra del repertorio sinfónico de todos los tiempos, se escuchó por primera vez en Cuba, en un concierto de la Orquesta Filarmónica de La Habana, dirigida por Amadeo Roldán. Eso ocurrió en el entonces Teatro Nacional, hoy Gran Teatro de La Habana, hace 80 años, UN DIA COMO HOY.