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Primera audición en Cuba de la Octava Sinfonía en Sol Mayor, de Antoñin Dvorak

29 de marzo de 2013

Entre las obras maduras de Antoñin Dvorak, la Octava Sinfonía ocupa una destacada posición, determinada por su fuerte sabor nacional y sus originales modificaciones de la forma sinfónica tradicional. La Octava se caracteriza, además, por poseer una de las expresiones líricas más intensas que haya volcado en sus obras el compositor checo, aunque no exenta, por cierto, de excesos y blanduras.
La riqueza de la invención melódica de esta partitura constituye un verdadero “tout de force” que acerca a Dvorak al Schubert de la Sinfonía en Do Mayor, subtitulada “La Grande”. La obra, que fue compuesta en 1889, se estrenó en Praga al año siguiente y le sirvió a su autor para obtener el título de Doctor en Música por la Universidad de Cambridge, en 1891.
Y en Cuba, la Octava Sinfonía de Dvorak se escuchó por primera vez en un concierto de la Orquesta Filarmónica de La Habana, hace cincuenta años, UN DIA COMO HOY.