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Premier mundial del Concierto para violín y orquesta, de Jan Sibelius

29 de marzo de 2013

El 19 de octubre, el de 1905, se producía el estreno mundial del Concierto en re menor, para violín y orquesta, de Jan Sibelius.
En este Concierto, el compositor finlandés se aparta del estilo patético de su Segunda Sinfonía para adentrarse en una atmósfera más íntima y luminosa, la cual ya era presumible desde su Tercera Sinfonía. Y es que en el Concierto para violín, la orquesta no está subordinada al papel de simple acompañante, y menos todavía al de proporcionar respuestas al instrumento solista. Por el contrario, en muchas ocasiones posee una entidad propia y un vigoroso desarrollo sinfónico. En la obra, Sibelius hizo uso de la forma sinfónica con una extraordinaria libertad y autonomía, aunque sin romper por completo el modelo formal establecido para los conciertos. Así, en el primer movimiento, Sibelius sitúa la cadencia del instrumento solista en el lugar donde habitualmente se encuentra el desarrollo.
Pero mucho más que las innovaciones formales, son las características estilísticas del lenguaje musical las que deben suscitar el interés por este Concierto: la amplia melodía, sombría y austera, llena de melancólica tristeza y respirando el color del paisaje finlandés; la armonía estática y pesante; los ritmos vigorosos y, a menudo, sincopados; los originales timbres que proveen las voces graves de algunos instrumentos de madera; y la eficacia y virtuosismo con que es tratada la parte solista, son las cualidades principales que aseguraron para esta obra un lugar permanente entre los conciertos para violín y orquesta.
En la premier mundial de este Concierto en re menor, para violín y orquesta, de Sibelius, actuaron el violinista Karl Halir y el legendario director Ricardo Strauss. Y eso ocurrió en Berlín, hace 102 años, UN DIA COMO HOY.