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Premier mundial del Concierto en RE Mayor, para violín y orquesta, de Beethoven

29 de marzo de 2013

Beethoven compuso su único concierto para violín en un período de abundante creación en el cual escribió, además, obra tan importantes como la Cuarta y Quinta Sinfonías, el Cuarto Concierto para piano y orquesta, y dio inicio a la serie de los Cuartetos Rasumovsky.
El antecedente histórico inmediato del Concierto en Re Mayor, para violín y orquesta, de Beethoven, se encuentra en la serie de cinco escritos por Mozart en 1775. Tocaba Beethoven, por lo tanto, la comprometida tarea de volcar en la sonoridad de ese difícil instrumento, que él mismo no tocaba, el espíritu y el lenguaje de una nueva época. Así, respetando en lo esencial el esquema clásico heredado, Beethoven dio a su Concierto mayores dimensiones que los de sus predecesores, mediante una expansión más amplia de las ideas, sobre todo en el primer movimiento.
También la ejecución solística requiere un sonido más firme y poderoso, al enfrentarse a una orquestación más densa y sólida. Pero, por encima de cualquier innovación técnica, Beethoven logró plasmar en este Concierto uno de los momentos más generosos y emotivos de su imaginación creadora. Sin embargo, después de su estreno la obra fue interpretada muy pocas veces hasta que un gran virtuoso, el húngaro Joseph Joachim, la revivió elevándola a los primeros planos de popularidad y convirtiéndola, desde entonces, en una obra obligada en el repertorio de todos los grandes violinistas y en los programas de concierto de todo el mundo.
El estreno del Concierto en Re Mayor, para violín y orquesta, de Beethoven, obra que ocupa el opus 61 en el catálogo del compositor alemán, estuvo a cargo de Franz Clement, quien interpretó la obra de arriba abajo, a primera vista y sin ensayo, desde su silla de primer violín de la Orquesta del Teatro de Viena. Eso ocurrió hace 201 años, UN DIA COMO HOY.