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Premier mundial de las Variaciones rococó, para violoncello y orquesta, de Chaikovsky

29 de marzo de 2013

De su admiración por Mozart y por su estilo, al que por entonces se le denominaba frecuentemente “estilo rococó”, dan fe las cartas, los artículos y el Diario de Chaikovsky. A fines de 1876, por ejemplo, el gran compositor ruso escribió una serie de artículos para “El correo de Moscú”, en los que dejó constancia de sus opiniones acerca de los grandes compositores que le habían precedido y, entre ellos, Mozart ocupaba un lugar preferente.
Acerca del compositor austríaco, Chaikovsky escribió lo siguiente: “Para Mozart no tengo más que entusiasmo. Su armonía es tan rica e interesante que ninguna generación futura podrá ignorarla”. Y el 4 de septiembre de 1880, Chaikovsky decía en su Diario: “Por ahora me ocupo de la música de otros, sobre todo de Mozart. Cuando toco sus obras o leo sus partituras me siento rejuvenecido y lleno de un nuevo vigor”.

Muchas citas más, parecidas a éstas, aparecen en los escritos de Chaikovsky, por lo que no resulta raro que el compositor ruso creara obras inspiradas en el espíritu y el lenguaje de la música austríaca del siglo XVIII. Y esa evocación se hace muy evidente en tres obras de Chaikovsky, es decir, la Serenata para cuerdas, la Suite “Mozartiana” y las Variaciones sobre un tema rococó, para violoncello y orquesta.

Estas Variaciones fueron escritas en 1876 con la típica estructura de esa forma, o sea, una melodía que sirve de base y que se escucha al principio, seguida de una serie de variaciones, en este caso siete, en las que esa melodía se va transformando mediante diversos procedimientos melódicos, armónicos, rítmicos y tímbricos.
El tema o melodía básica de la obra de Chaikovsky es de corte francamente “galante” y en forma de canción en dos partes. En las variaciones abundan los procesos de ornamentación y presentan espléndidas oportunidades para que el solista muestre sus capacidades técnicas, así como la hermosa sonoridad de su instrumento.En 1879.