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Premier mundial de la Segunda Sinfonía en Re Mayor, de Johannes Brahms

29 de marzo de 2013

Como ya se ha dicho en reiteradas ocasiones, el compositor alemán Johannes Brahms abordó la forma sinfónica en plena madurez biológica e intelectual, razón por la cual su Primera Sinfonía fue terminada, después de un lento proceso de creación, en 1876 cuando el compositor contaba 43 años de edad. Sin embargo, la Segunda Sinfonía surgió de inmediato, ya que fue concluida al año siguiente.
Y si en la Primera Sinfonía, Brahms había plasmado una expresión dramática y monumental, al extremo de ser calificada como su “Sinfonía patética”, en la Segunda nos encontramos con un universo emotivo contrastante con el de la Primera, ya que la atmósfera de la segunda obra sinfónica de Brahms es de carácter lírico, idílico y luminoso. Esto ha llevado a los críticos a calificarla como “la Pastoral” de Brahms, sin que les falte razón pues, ciertamente, hay en esta obra un sentido eminentemente bucólico, desde la llamada de la trompa con que se inicia su primer movimiento.
Y fíjense si a veces resulta extremadamente difícil complacer los gustos del público y los críticos que, cuando once días después del estreno de esta Segunda Sinfonía, la obra se interpretó en Leipzig, fue calificada por la crítica como “demasiado bonita y falta de seriedad”. Entonces pienso que a Brahms debe haberle costado mucho trabajo ponerse de acuerdo con los “señores de largas orejas”, ya que cuando su expresión era seria y austera, como es el caso de su Primera Sinfonía, se le calificaba de “oscuro y pretencioso”, y cuando rebosaba alegría y felicidad, se le consideraba “frívolo y trivial”.

La Segunda Sinfonía de Brahms presenta la clásica estructura en cuatro movimientos. El primero, Allegro non troppo, se basa en dos ideas muy polarizadas: enérgica la primera, y dulce y evocadora la segunda, a modo de una tierna canción de cuna.
El segundo movimiento, Adagio non troppo, con su extraordinaria fluidez melódica, evoca la paz y la serenidad del campo, con algunos acentos dramáticos en su desarrollo.
Por su parte, el Allegretto grazioso sustituye al tradicional Scherzo y su atmósfera sonora se aproxima a veces a la arcaica elegancia del “Minuet”, alternando con secciones más vivaces y chispeantes.
En el final, Allegro con spirito, aparece el sentido épico o heroico que tan afín resultara a Brahms, aunque sólo fuera “de pasada”. Y el coral de los metales en la coda, aporta a esta sinfonía una culminación majestuosa e impresionante.
La Segunda Sinfonía en RE Mayor de Brahms, ocupa el opus 73 en el catálogo general del compositor alemán, y su exitoso estreno ocurrió en Viena, hace 130 años, UN DIA COMO HOY.