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Premier mundial de la ópera Ruslán y Liudmila, de Glinka

29 de marzo de 2013

Con la creación, en 1842, de su ópera Ruslán y Liudmila, el compositor ruso Mijaíl Glinka dio un paso de avance en el camino del nacionalismo musical de su país, sobre todo en relación con su anterior ópera, la titulada Iván Susanin.

El argumento de Ruslán y Liudmila está basado en un relato poético de Pushkin, inspirado a su vez en una vieja leyenda de caballeros, héroes, princesas, magos y titanes de la Rusia medieval. Dicho relato cuenta las hazañas del caballero Ruslán por librar a la princesa Liudmila del cautiverio a que la había sometido el deforme hechicero Chernomoor, y la ópera termina con las bodas de Liudmila con su salvador.
De toda la partitura de Ruslán y Liudmila, hay dos momentos orquestales que han pasado al repertorio de conciertos: son ellas la Obertura y las Danzas. La Obertura, aunque no revela con tanta claridad los elementos nacionalistas presentes en las Danzas, sí constituye una excelente pieza sinfónica tanto por su atractivo material temático, como por su brillante atmósfera y ejemplar estructura. Se trata de páginas consideradas entre lo mejor que haya producido el sinfonismo ruso en el siglo XIX.
La ópera Ruslán y Liudmila, de Glinka, fue estrenada en San Petersburgo, hace 165 años, UN DIA COMO HOY.