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Premier mundial de la ópera El rapto en el serrallo, de Mozart

29 de marzo de 2013

El arte europeo del siglo XIX puso de moda el tratamiento de temas de sabor exótico. Paisajes y personajes de atmósfera “orientalista” irrumpen en cuadros o novelas para instalarse, más tarde, en las partituras de los compositores románticos. Sin embargo, es curioso el hecho de que ya Mozart, quien viviera antes de la explosión romántica en la música, se sintiera tentado por los temas exóticos, como si en vez de un “clásico”, como afirmaban los teóricos, fuera un “pre-romántico”, como se afirma en nuestros días. De cualquier forma, no se trata de una anticipación intuitiva ni profética. Sucede que Mozart estaba más al tanto de las corrientes intelectuales de su tiempo que lo que pudiera pensarse, y ya en sus días el espíritu de la ilustración y el enciclopedismo francés comenzaba a invadir Europa.
Para Mozart, el exotismo se limitaba al ambiente turco, el cual podía reflejar, con cierta ingenua facilidad, sólo con un ritmo de marcha y algunos instrumentos de percusión. Y el primer intento de Mozart en esa corriente fue su ópera Zaide, la cual nos ha quedado en forma inconclusa.
Pero trece años más tarde, es decir, en 1782, el compositor volvió a tratar el ambiente turco, sólo que ahora realizaría una de sus mejores óperas: El rapto en el serrallo.
Durante el proceso de creación de la ópera, Mozart le había escrito a su padre Leopoldo diciéndole que la Obertura, el coro del primer acto y el coro final los compondría con música turca. Y ese criterio expuesto a su padre, se hace muy evidente, sobre todo, en la Obertura.
La ópera El rapto en el serrallo, de Mozart, se estrenó en Viena, hace 226 años, UN DIA COMO HOY.