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Premier mundial de la Danza de la muerte, de Franz Liszt

29 de marzo de 2013

El compositor húngaro Franz Liszt escribió seis obras para piano y orquesta, y sólo dos de ellas son Conciertos, pues las restantes presentan la forma de fantasías o rapsodias basadas, una en temas húngaros; otra en el tradicional motivo de la Danza de la muerte; la tercera en temas de Las ruinas de Atenas, de Beethoven, y la cuarta, titulada Maldición.
La mal llamada “Danza macabra” o Danza de la muerte, título que se ha generalizado a la hora de nombrar esta partitura lisztiana para no confundirla con la de Saint-Saëns, es una fantasía en forma de variaciones sobre la melodía del Dies Ire, tomada del ritual de difuntos y cuyo origen se remonta al siglo XIII. Es cierto que otros muchos compositores, antes y después de Liszt, han empleado esa melodía medieval para reflejar con ella la idea de la muerte, pero ninguno de ellos ha utilizado ese tema en forma más enfática y directa que Liszt en esta Danza macabra.
Toda la obra es una repetición obsesiva y enriquecida de dicho tema, como si Liszt quisiera agotar su romanticismo regodeándose en el también romántico culto a la muerte.
Y en esta evocación de un aniversario más del estreno mundial de la Danza de la muerte o Todtentanz, que es su nombre original, les diré que ese hecho ocurrió en La Haya, capital de Holanda, hace 143 años, UN DIA COMO HOY.