ribbon

Premier de la Sinfonía sencilla, Op. 4, de Benjamin Britten

29 de marzo de 2013

Un 6 de marzo, el de 1934, tenía lugar el estreno mundial de la “Sinfonía sencilla”, del compositor inglés Benjamin Britten, quien fuera una de las personalidades más importantes y destacadas de la creación musical inglesa en el pasado siglo veinte.
Muchas de sus obras han alcanzado habitual permanencia en el repertorio teatral y sinfónico de todo el mundo, como ocurre con las óperas Peter Grimes, El rapto de Lucrecia y Otra vuelta de tuerca; la Serenata para tenor, trompa y cuerdas y Las Iluminaciones para voz y orquesta; la Guía orquestal para jóvenes; las Variaciones sobre un tema de Frank Bridge y el Réquiem de la guerra. Sin embargo, al lado de esas obras mayores, su deliciosa “Sinfonía sencilla” goza, igualmente, de la preferencia del público y los intérpretes, y ha llegado a alcanzar una muy notable difusión a través del disco y de la radio. Escrita en 1934, la “Sinfonía sencilla”, se basa en materiales de composiciones que Britten había realizado cuando sólo contaba entre nueve y doce años de edad.
La Sinfonía es tan feliz y encantadora como la propia infancia en que nacieron las imágenes sonoras que la componen, y su sola realización testimonia esa maestría y convicción artística en las cuales se asienta el éxito internacional del compositor inglés.
La obra presenta la clásica estructura en cuatro movimientos, y su estreno tuvo lugar en Norwich, bajo la dirección del propio compositor, hace 74 años, UN DIA COMO HOY.