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Premier de la Cuarta Sinfonía en Fa menor, de Chaikovsky

29 de marzo de 2013

La Cuarta Sinfonía en fa menor es, para la mayoría de los críticos, la mejor partitura sinfónica de Chaikovsky. La obra está dedicada a Madame Von Meck, una aristócrata rusa que protegió al compositor y mantuvo con él una activa correspondencia. En una de esas cartas, Chaikovsky expuso a su protectora el programa literario en que se basó para escribir su Cuarta Sinfonía y, según ese testimonio, la obra intenta reflejar la lucha del hombre contra su destino, representado éste último por la fanfarria con que se inicia la Sinfonía, y que vuelve a oírse en otros momentos de la partitura.
El segundo movimiento de la Sinfonía es muy poético y sentimental, con una sección central basada en un rústico tema popular. El tercero es extraordinariamente original, ya que por primera vez en la historia de la música orquestal, toda una sección es tocada por las cuerdas en pizzicato, o sea, con los dedos y no con el arco.
El último movimiento es una vertiginosa secuencia de variaciones sobre la canción popular rusa titulada “”En la llanura había un álamo blanco””, y casi al final vuelve a oírse la fanfarria como una alarmante llamada.
La Cuarta Sinfonía en fa menor, que ocupa el opus 36 en el catálogo general de Chaikovsky, recibió su estreno mundial en Moscú, bajo la dirección de Nicolás Rubinstein, hace 130 años, UN DIA COMO HOY.