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Nace el pianista austríaco Friedrich Gulda

29 de marzo de 2013

Hijo de una profesora de música, Friedrich Gulda comenzó sus estudios de piano cuando contaba apenas siete años de edad con Felix Pazofsky, y en 1942 entró en la Academia de Música de Viena, donde estudió piano y teoría musical bajo la enseñanza de Bruno Seidlhofer y Joseph Marx.
Luego de ganar su primer premio en el concurso internacional de Ginebra, en 1946, Gulda comenzó a dar conciertos en importantes centros mundiales de la música, y. junto a Jörg Demus y Paul Badura-Skoda, integró la conocida “Viena Troika”.
Durante una etapa de su carrera como concertista, Gulda fue reconocido como un notable intérprete de Beethoven pero, en realidad, el pianista austríaco fue poseedor de un repertorio que abarcaba las obras de Bach, Mozart, Schubert, Chopin, Debussy y Ravel, entre otros.
Hacia los años cincuentas, Gulda comenzó sus actuaciones como pianista de jazz y escribió varias canciones y piezas instrumentales en las que combinaba ese género popular norteamericano con música clásica. Posteriormente añadió a su catálogo como compositor un Preludio y fuga con elementos de the música swing que fue interpretado por Keith Emerson en el filme “El regreso of the Manticore.” También compuso “Variaciones en la puerta” y “Enciende mi fuego” junto a una serie de versiones suyas sobre clásicos del jazz que aparecen en un álbum grabado en 1970, y en el que se destacan temas como “Alrededor de medianoche”, “Como te gusté” y “¿Qué es esta cosa llamada amor?”
En 1982, Gulda se unió al también pianista Chick Corea y realizaron presentaciones
en las que hacían largas improvisaciones mezclando conocidos temas del repertorio jazzístico con otros de música clásica, como la famosa Canción de cuna, de Brahms.
Dicha práctica tuvo muchos detractores y le valió a Friedrich Gulda el apodo de “el pianista terrorista”. Bueno, no hay que olvidar que Gulda manifestó siempre una especial antipatía hacia la autoridad y la ortodoxia, conducta de “niño terrible” que tuvo su culminación cuando le fue concedido “El Anillo de Beethoven” por sus relevantes interpretaciones de la música de ese compositor alemán y el pianista se negó a recibirlo. En franco contraataque, algunos críticos influyentes fingieron su muerte en 1990.
No obstante, Friedrich Gulda fue ampliamente respetado como uno de los pianistas más sobresalientes del siglo XX. y también por su notable labor pedagógica durante la cual tuvo alumnos de la talla de Marta Argerich, quien ha reconocido que en su carrera artística siempre ha existido un antes y un después de Gulda.
Friedrich Gulda murió en el 2000 de un ataque cardíaco, a los 69 años de una vida que se había iniciado en Viena, en 1930, UN DIA COMO HOY.