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Nace el eminente compositor y director de orquesta ruso Sergio Koussevitsky

29 de marzo de 2013

Sergio Koussevitsky estudió en el Conservatorio de Moscú, donde se graduó en 1894 con veinte años de edad. De inmediato comenzó una exitosa carrera como virtuoso del contrabajo y fue profesor de ese instrumento en el propio Conservatorio moscovita.

El debut de Koussevitsky como solista en el extranjero tuvo lugar en Berlín, en 1903 pero, cuatro años más tarde, o sea, en 1907, debutó como director con la Filarmónica de esa ciudad alemana.
A partir de ese momento, Koussevitsky hizo una doble carrera como contrabajista y director de orquesta hasta que, poco a poco, sus dotes como director sinfónico se fueron imponiendo y acaparando el centro de su vida artística. Así, entre 1910 y 1918, Koussevitsky fundó y dirigió en Moscú una Orquesta que llevó su nombre. Luego, entre el 21 y el 28, fundó en París otra orquesta de similares características a la anterior, y con ella realizó los llamados “Conciertos Koussevitsky” de la capital francesa. Por esa época dirigió como invitado numerosas orquestas europeas y estrenó óperas del repertorio ruso en Francia y España.
En 1924, Koussevitsky sustituyó a Pierre Monteux en la dirección de la Orquesta Sinfónica de Boston, de la cual fue director titular hasta 1949.
Esa larga estancia de Koussevitsky al frente de la Sinfónica bostoniana, convirtió a esa orquesta en uno de los primeros conjuntos sinfónicos de los Estados Unidos y del mundo, al lograr una gran perfección y maestría en la sonoridad y en su capacidad interpretativa.
Por otra parte, Koussevitsky llevó a los atriles de la Sinfónica de Boston muchas partituras contemporáneas y, en consecuencia, algunos de los grandes compositores de su momento escribieron obras especialmente dedicadas a la Orquesta de Boston.
Con Boston como centro, Koussevitsky realizó extensas giras por todo el mundo actuando como director invitado de orquesta en Londres, Liverpool, Barcelona, Lisboa, Roma Sofía, Varsovia, Estocolmo y muchas otras ciudades. Y la crítica internacional reconoció en Koussevitsky, sobre todo, su enorme respeto por la partitura, su interpretación siempre sobria y ajena a cualquier forma de efectismo espectacular, así como su gran amplitud estilística que abarca, desde las Sinfonías de Mozart hasta los compositores modernos, incluidos muchos norteamericanos a los que ofreció en premier con la Sinfónica de Boston.
Pero fue la inclusión por Koussevitsky de obras de compositores como Wagner y Ricardo Strauss, lo que dio a la Orquesta de Boston y, sobre todo, a sus metales, ese sonido brillante y esa maestría que aún hoy sigue siendo una de las mayores virtudes de ese conjunto.
Sergio Koussevitsky murió en Boston a los 77 años de una vida que se había iniciado en Vishny-Volochok, hace 133 años, UN DIA COMO HOY.