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Nace el compositor Carl Orff.

29 de marzo de 2013

10 de julio, el de 1895, nacía en Munich el compositor Carl Orff, quien fue una figura muy singular en el contexto de la creación musical contemporánea.
A diferencia de la mayoría de sus colegas europeos que encontraron su lenguaje en las formas más radicales y vanguardistas, Orff fue un defensor de las técnicas tradicionales, y obtuvo sus mayores éxitos acudiendo a las fuentes sonoras y literarias del pasado. Y es que Orff, quien fue también un profundo estudioso de la lingüística, y un gran conocedor del griego y el latín clásicos, quiso revivir, desde una visión moderna, algunas formas y expresiones musicales que formaron parte de la secular cultura europea. Orff hurgó en las raíces culturales antiguas, en los cantos de trovadores y en las formas rítmicas de las lenguas arcaicas, y de esa indagación nació la que es, sin duda, su obra más conocida y sensacional: el tríptico que él tituló “Los triunfos”, y que está integrado por tres obras que pudieran calificarse como cantatas escénicas, para solistas, coro e instrumentos, con elementos coreográficos.
En esas obras no hay personajes, como ocurre en la ópera o en el oratorio dramático; tampoco hay una base argumental, como ocurre en la tradicional cantata de concierto. En estas obras de Orff hay sólo dos protagonistas: la música y la poesía. Y la primera de ellas, titulada Carmina Burana, está basada en textos profanos escritos por clérigos medievales; la segunda, titulada Catulli Carmina, se basa en textos del poeta romano Catulo y tiene un prólogo en latín escrito por el propio Orff.
Y la tercera obra del ciclo se titula “El triunfo de Afrodita”, y lleva textos de Catulo, Safo y un fragmento de la Antígona de Sófocles.
En todas esas obras, Orff trata de recrear la atmósfera de las antiguas melopeas, con sus recitativos y diálogos entre el solista y el coro. Y, por supuesto, al logro de esa atmósfera contribuyen, también, la armonía y el ritmo que, aunque modernas, logran el ambiente lúdico y sensual planteado en el texto literario.
Carl Orff, quien además de alcanzar una privilegiada posición entre los más eminentes compositores contemporáneos, se distinguió notablemente como director de orquesta y como autorizado editor de las obras de Claudio Monteverdi y otros compositores, falleció en Munich, en 1982, a los 87 años de una vida que se había iniciado en esa misma ciudad, en 1895, UN DIA COMO HOY.