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Muere la escritora Maria Villar Buceta

29 de marzo de 2013

Nace en Pedro Betancourt, antiguo Corral Falso en Matanzas en abril de 1899.
Huérfana de padres, tuvo que enfrentar la crianza de sus hermanos, las labores de ama de casa y la de la lucha por la subsistencia.

En 1921 se traslada a La Habana, en busca de mejoras económicas. Ingresa en la redacción del periódico La Noche donde publica en 1922 su artículo El 24 de febrero y yo, que motiva la visita admirada de Rubén Martínez Villena, con lo que se inicia una amistad de comunión de ideas que duraría por siempre.
Años más tarde pasa a trabajar en El Heraldo de Cuba, órgano del liberalismo político, bajo la advocación de Manuel Márquez Sterling, en el que ya en 1916 había aparecido su artículo El hombre nuevo, titulo definitorio en su obra.
Por gestiones de Emilio Roig de Leusechsenrig, Enrique Josè Varona y Fernando Ortiz entra en la Biblioteca Nacional, donde realiza una valiosa labor de catalogación de los fondos existentes.
En 1927, paralelamente a sus actividades políticas, recoge en Unanismo, su obra poética que es breve, pero muy contundente.
La publicación de esta obra provoca admiración y elogio de la crítica, compañeros de oficio, lectores y aún, entre personas no adictas a la poesía, su disfrute produce una sensación de cercanía espiritual que sorprende, por ser una voz nueva, con lo profundo de lo cotidiano, extraordinariamente sencilla, que se acercaba a las intimidades eternas de lo cotidiano, extraordinariamente sencilla, que se acercaba a las intimidades eternas del hombre.
La labor de esta intelectual al frente de los estudios bibliotecológicos en Cuba fue muy importante.