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Muere el tenor italiano Enrico Caruso

29 de marzo de 2013

Nacido en Nápoles en 1873, Caruso fue una de las figuras más importantes de la interpretación operística de todos los tiempos. Hijo de un humilde carabinero, el pequeño Enrico, con apenas diez años de edad, cantaba en las iglesias, en los cafés y en los balnearios de su ciudad natal hasta que un empresario descubrió sus extraordinarias facultades vocales y le costeó los estudios de canto mediante un contrato por diez años.
La primera presentación pública de Caruso tuvo lugar en 1894, en un pequeño teatro de Nápoles cantando la ópera “El amigo Francesco”, de Morelli. Y aunque se trató de un hecho sin mucha repercusión, Caruso fue poco a poco ganándose el favor del público italiano, hasta consolidar definitivamente su posición en 1898, año en que el joven tenor se presentó en el Teatro Lírico de Milán con Fedora, de Giordano, y La boheme, de Puccini. A partir de ese momento, la fama de Caruso se extendió vertiginosamente y su voz se hizo escuchar en muchos de los grandes escenarios de ópera de Europa y América. Ciudades como Moscú, San Petersburgo, Varsovia, Londres, El Cairo, Buenos Aires, Nueva York, La Habana y otras, lo aclamaron delirantemente durante las dos primeras décadas del pasado siglo veinte.
Por otra parte, Caruso fue uno de los primeros cantantes de ópera que registro su voz en discos mediante los primitivos procedimientos acústicos de esa época. Y ha sido, precisamente, a través de esas viejas placas o discos de 78 revoluciones, actualmente mejoradas y llevadas a soportes más modernos, que hemos podido apreciar las cualidades interpretativas de ese gigante del canto que fue el tenor Enrico Caruso.
Al finalizar una de sus habituales temporadas en el Metropolitan Opera House de Nueva York, exactamente en la de 1908-09, Caruso tuvo que regresar a Europa para someterse a una operación en la garganta, ya que la voz se le había resentido considerablemente. En 1919, el extraordinario tenor se retiró del teatro y dos años más tarde murió a causa de una pleuresía. Caruso contaba sólo 48 años de edad. Y eso ocurrió en Nápoles, en 1921, UN DIA COMO HOY.