ribbon

La firma del Pacto del Zanjón detiene la guerra iniciada en mil 868

29 de marzo de 2013

Sin el logro de la anhelada independencia, después de l0 años de duro batallar, la firma del Pacto del Zanjón detiene la guerra iniciada en mil 868.
La falta de unidad entre todas las fuerzas implicadas en la lucha, las sediciones, el caudillismo, la creciente ausencia de los necesarios suministros de armas, alimentos y medicinas, habían provocado un inmenso desaliento en las filas independentistas.
Dos años antes, en su Diario de Campaña, el Generalísimo Máximo Gómez anotaba: “”Perdido el orden, no hay concierto, ni armonía, ni unión.
Desaparece la fuerza moral y material… la Revolución corre inminente peligro, pues el enemigo deberá aprovechar la desavenencia entre los mismos cubanos””.
Es ésta la oportunidad que utiliza, en mil 878, el general español Arsenio Martínez Campos para, mediante hábiles maniobras diplomáticas, lograr la capitulación.
Las tropas insurrectas de Camagüey y Las Villas, y algunos grupos de Oriente, deciden deponer las armas; pero otros combatientes, encabezados por el General Antonio Maceo, asumen una digna postura y se niegan a aceptar una paz sin independencia.