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Fallece José Antonio Saco

29 de marzo de 2013

Fallece José Antonio Saco, uno de los más destacados pensadores reformistas del siglo diecinueve cubano.
Partidario de la abolición de la esclavitud y de la autonomía, el bayamés José Antonio Saco fue el vocero principal de un grupo de relevantes intelectuales, del que formaron parte – entre otros – José de la Luz y Caballero y Domingo del Monte.
Alumno del padre Félix Varela, con quien estudió Filosofía en el Seminario de San Carlos, Saco cursó posteriormente esta carrera en la Universidad de La Habana, donde obtuvo su título en mil 821. En lo adelante, ejerció la docencia, escribió incesantemente y dirigió diversas publicaciones, entre ellas la Revista Bimestre Cubana, en la que apareció su famoso trabajo “” Memoria sobre la Vagancia “”.
En mil 829, José Antonio Saco publicó en Estados Unidos – junto a Varela – el “” Mensajero Semanal “”, periódico en el cual polemiza y critica a las autoridades españolas y a los elementos adictos a la Metrópoli. Esta postura provoca que, al regresar a Cuba, el Capitán General de la Isla, Miguel Tacón, decrete su destierro a la villa de Trinidad, en mil 834, y su posterior salida hacia Europa.
A pesar de ser reelecto diputado en varias ocasiones, no puede presentarse jamás ante las cortes españolas por diversas razones.
En el tomo 3 de sus “” Papeles sobre Cuba “”, Saco expresa sus ideas en torno a nuestra identidad y refuta los argumentos que invocan los anexionistas.

En mil 849, escribe: “” Negar la nacionalidad cubana es negar la luz del sol a los trópicos en punto de mediodía “”.

En su respuesta a quienes pregonan las conveniencias de la anexión, sentencia: “” ¿ Por qué he de cerrar mi corazón a toda esperanza, convertirme en verdugo de la nacionalidad de mi Patria?. Quince años ha que suspiro por ella; resignado estoy a no verla nunca más, pero menos me parece que la vería si tremolase sobre sus castillos y sus torres el pabellón americano…””

Y concluye José Antonio Saco: “” Yo creo que no inclinaría mi frente a sus rutilantes estrellas, porque si he podido soportar mi existencia siendo extranjero en el extranjero, vivir extranjero en mi propia tierra sería para mí el más terrible sacrificio “”.