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Fallece en Madrid la destacada poetisa cubana Gertrudis Gómez de Avellaneda

29 de marzo de 2013

Fallece en Madrid la destacada poetisa cubana Gertrudis Gómez de Avellaneda, una de las figuras femeninas de mayor complejidad y atractivo en la historia de nuestra literatura.

Nacida en la villa de Santa María del Puerto del Príncipe, la actual ciudad de Camaguey, el 23 de marzo de mil 814, la Avellaneda vivió y creó intensamente.

Desde niña, fue una apasionada lectora. Cuentan algunos de sus biógrafos que a los 6 años de edad, creó los primeros cantos de dolor ante la muerte de su padre y que, a los 7, cuando aún no sabía escribir, dictaba sus versos.
A los 22 años de edad, Gertrudis Gómez de Avellaneda emigró a España, país donde alcanzó enorme prestigio entre la intelectualidad. De mil 846 a mil 858 estrenó en teatros de Madrid numerosas obras dramáticas, entre las que resaltan Munio Alfonso, Saúl, Los tres amores y Baltasar, definida ésta última como la de mayores méritos literarios.
Abundante también fue la creación lírica de Gertrudis Gómez de Avellaneda, quien integra, junto a José María Heredia, el dúo relevante del primer romanticismo cubano. Sobresalen en su obra poética “”Amor y orgullo””, “”Al partir”” y “”El genio de la melancolía””.
Incursionó, además, en la novelística, con títulos tan conocidos como “”Sab””, “”Dos Mujeres”” y “”Guatimosin, el último emperador de Méjico.””
También ejerció con acierto el periodismo. Fundó, dirigió y fue redactora principal de la revista literaria ALBUM CUBANO DE LO BUENO Y LO BELLO.
En mil 859, la internacionalmente admirada Doña Tula regresó a Cuba, donde se le tributaron cálidos homenajes, el más importante ofrecido por el Liceo de la Habana en el Teatro Tacón.
Gertrudis Gómez de Avellaneda, fallecida en la capital española en mil 873, fue una ardiente defensora de su vocación y de la libertad de sus sentimientos, por encima de los rígidos preceptos morales de la época.