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Estreno mundial de las Tres Danzas fantásticas, de Joaquín Turina

29 de marzo de 2013

Aprovecho la ocasión para recordar que, durante algún tiempo, quizás demasiado, existió la costumbre de afirmar que Turina no había demostrado un talento tan brillante como el de sus colegas Manuel de Falla, Isaac Albéniz o Enrique Granados, señalándosele además, el haber cultivado un andalucismo demasiado directo y superficial. Sin embargo, la crítica, que afortunadamente suele cambiar sus enfoques a medida que transcurre el tiempo, ha empezado a prestar mayor atención a las obra de Turina, quizás por el hecho de que las generaciones anteriores menospreciaron en exceso a ese compositor sevillano.
Pero lo cierto es que Turina, aún cuando no posee una obra tan sólida y homogénea como la de Albéniz, ni tan trascendental como la de Falla, reflejó en sus obras el alma de su Andalucía natal, con toda la honestidad de un artista enamorado de su tierra y de su pueblo.
Y entre las partituras de Turina hay un tríptico orquestal en el que el compositor trabajó en los temas populares hasta convertirlos en una fantasía muy libre e imaginativa. Me refiero a las Danzas fantásticas, escritas en 1920, y cuyo estreno es la primera de las efemérides que estamos evocando hoy.
Escritas originalmente para piano y orquestadas posteriormente por el propio Turina, las Danzas fantásticas han pasado al repertorio sinfónico por su brillante colorido y su atractivo españolismo. Y fue en esa versión sinfónica, que las Tres Danzas fantásticas de Joaquín Turina recibieron su estreno mundial en Madrid, hace 88 años, UN DIA COMO HOY.