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Estreno mundial de la serie completa, para soprano y orquesta, de los Versos sencillos, sobre poemas de José Martí, del compositor José Ardévol

29 de marzo de 2013

En 1949, el compositor hispano-cubano José Ardévol realizó la primera versión de Versos sencillos, para canto y piano. Ya en esos momentos, Ardévol pensó en otra versión para voz y orquesta, sin embargo, la misma no fue escrita hasta fines de 1951 y principios del 52.
La diferencia fundamental entre ambas radica en que la segunda se inicia con un Preludio orquestal, sobre materiales de algunas de las canciones, y que el mismo no figuraba en la primera versión.
Al crear esta obra, el compositor se planteó, como objetivo fundamental, el que la música naciera siempre de los propios poemas, sin imponerle a la poesía martiana ninguno de los recursos que se emplean tradicionalmente al poner un texto en música, es decir, repeticiones de versos o palabras; forzar la forma poética para enmarcarla en una forma musical preconcebida; exagerar, prolongar, reducir o modificar las definiciones estilísticas y expresivas de los poemas, etc.
Esos factores determinan que algunas canciones resulten breves y hasta concisas, cuando la naturaleza del poema requería un tratamiento así. En otras, el compositor descargó con más evidencia sus posibilidades intensivas, por considerarlo menos necesario de acuerdo con las características poéticas del texto, aunque sin insistir ni especular innecesariamente con los momentos dramáticos. Ardévol prefirió, en todos los casos, los breves contrastes y las rápidas culminaciones, aplicando un tratamiento orgánico y dialéctico a los textos poéticos de Martí.
Esos textos poéticos utilizados por el compositor son los siguientes: “Yo no puedo olvidar”. “Por la tumba del cortijo”. “¡Penas!”. “De carne se puede hacer una flor…”
“Yo tengo un amigo muerto”. “Cultivo una rosa blanca”. “Moriré de cara al sol”.
Y el estreno mundial de la versión completa de “Versos sencillos”, para soprano y orquesta, de José Ardévol, estuvo a cargo de la soprano Ninón Lima y la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba, bajo la dirección del maestro Roberto Sánchez Ferrer.
Y eso ocurrió en el Teatro “Amadeo Roldán”, de La Habana, hace 32 años, UN DIA COMO HOY.