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Desde su ingenio La Demajagua, en la oriental jurisdicción de Manzanillo, el hacendado criollo Carlos Manuel de Céspedes proclama la independencia de Cuba

29 de marzo de 2013

Desde su ingenio La Demajagua, en la oriental jurisdicción de Manzanillo, el hacendado criollo Carlos Manuel de Céspedes proclama la independencia de Cuba.
Céspedes concede la libertad a sus esclavos y los exhorta a incorporarse a la lucha anticolonialista.

Comienza entonces la Revolución, encaminada a conquistar la independencia del yugo colonial español y la abolición de la esclavitud en la Isla.
A la contienda se suman representantes de diferentes capas sociales, entre quienes figuran algunos terratenientes, profesionales, campesinos, artesanos y una gran cantidad de mulatos y negros libres, cuya presencia es numéricamente impresionante en las filas del Ejército Libertador.
Carlos Manuel de Céspedes, hombre de vasta cultura y excepcionales cualidades humanas, encabeza el alzamiento y consagra su vida – hasta el último aliento – a la batalla por la libertad.
Al Padre de la Patria corresponde la gloria de haber encendido la llama del combate, que otras generaciones continuarían, en aras de la definitiva independencia nacional.